El Gobierno de Ollanta Humala anunció ayer que facilitará los trámites para la legalización de los mineros que trabajan en situación irregular en un intento de apaciguar las violentas protestas que están teniendo lugar en la región de Madre de Dios (sur) y que, duramente reprimidas, han dejado ya tres muertos y decenas de heridos y detenidos. El líder de las protestas mineras, Luis Otzula, anunció una tregua hasta el lunes, cuando se reunirá con representantes del Ejecutivo, para sepultar a los muertos.

La calma volvió ayer a Puerto Maldonado, capital de Madre de Dios, después de los graves enfrentamientos de la víspera entre la Policía y los mineros que trabajan en las minas de oro artesanales, más o menos formalizadas, si no claramente clandestinas.

Los mineros demandan al Gobierno anular varios decretos que prohíben la actividad informal en el sector, que según expertos está contaminando una zona amazónica de grandes recursos forestales. El Ejecutivo, por su parte, tenía previsto publicar ayer mismo un decreto que flexibilizará la formalización de los mineros artesanales, porque esa práctica, asegura, destruye el medio ambiente -unas 30.000 hectáreas de bosque han sido destruidas por esta minería-, genera explotación infantil, favorece el lavado de dinero y el narcotráfico y evade millones de dólares en impuestos.

La extracción informal concentra a más de 300.000 mineros en todo el país y genera ingresos por hasta unos 1.526 millones de euros, según datos oficiales. El sector minero es el principal motor de la economía peruana, que representa el 60% de las exportaciones.