El empresario ruso Alexei Kozlov fue condenado ayer en Moscú a cinco años de prisión por desvió de fondos, en un nuevo proceso que la oposición ha presentado como símbolo de las prácticas de una justicia corrupta.

El caso ha sido objeto de denuncia en las manifestaciones contra Vladimir Putin organizadas durante los últimos meses por la oposición, en las que su esposa, Olga Romanova, se ha convertido en una de las líderes.

El tribunal declaró a Kozlov culpable de «desvío de fondos y de intento de blanqueo de dinero». El empresario ya estuvo encarcelado tres años y volverá para cumplir el resto. El abogado de la defensa, Iouri Kastanov, afirmó que el proceso era «contrario a la ley» y anunció un recurso.

Este sonado caso ha sido denunciado por la defensa como fabricado por iniciativa de su ex socio, un influyente ex senador, que incluso amenazó a Kozlov con «hundirlo».

Unos 150 partidarios del empresario se concentraron en el exterior del tribunal gritando «Vergüenza» o «Verdugos». La policía impidió que se acercaran a Kozlov y utilizó refuerzos para evacuarlo.

«No hay tribunales»

«Lo que hemos visto y oído hoy aquí puede pasarle a cualquiera», declaró su esposa, la periodista Olga Romanova, que ha llevado una intensa campaña por la libertad del empresario. «Todos los días hay injusticias en los tribunales. No se trata de tribunales, sino de oficinas que ofrecen servicios por dinero. Es la tragedia de un país donde no hay tribunales o donde los tribunales y los fiscales han sido destruidos», afirmó Romanova, que ha creado al asociación «Los prisioneros de Rusia» para ayudar a personas condenadas injustamente.

Romanova y Kozlov sostienen que el caso fue fabricado por un exsocio del empresario, con la complicidad de jueces e investigadores, con el fin de apropiarse de la parte de Kozlov.