EL ATHLETIC, A CUARTOS
Celebración sin excesos o las exigencias de la competición
A.U.L. | BILBO
Las exigencias de la competición, que el domingo vuelve a traer a San Mamés un partido de primera magnitud, hacen realmente complicado que la fiesta que se vivió en San Mamés, en las calles de Bilbo y en cualquier rincón en el que se encontrara un aficionado rojiblanco se trasladase a las entrañas de la Catedral. No les faltarían ganas de celebrar su gesta a lo grande a Marcelo Bielsa y sus hombres, pero la profesionalidad obliga.
El propio técnico, aunque con su tono habitual no sea fácil creerle, reconocía que «todos estamos muy contentos y creo que la alegría de los jugadores está justificada». Y, realmente, todos los futbolistas que pasaron por la zona de prensa de San Mamés lo hicieron con la cara atravesada por una sonrisa. Los futbolistas rojiblancos, se entiende, conscientes de que su actuación en Old Trafford, redondeada anoche, merecerá algo más que unas líneas en la historia del Athletic, por muy llena que esté ésta de grandes gestas.
Los manteos, el champán y demás complementos imprescindibles en cualquier celebración que se precie se reservan para el Calderón o para el Nacional de Bucarest. Aunque, lógicamente, no faltaron los apretones de mano, los abrazos y las palmaditas en la espalda.
Y no solo entre los jugadores. La prensa no fue inmune a lo sucedido. Y es que no hay un lugar en el mundo que demuestre de manera más inequívoca la inexistecia de ese mito conocido como objetividad periodística. Ya fueran redactores, cámaras o locutores, recién salidos de la facultad o con miles de partidos a sus espaldas, los periodistas rojiblancos tampoco podían ocultar su satisfacción por haber podido narrar en primera persona unos acontecimientos de los que, a su manera, también se sentían partícipes. Tampoco en este caso faltaron las felicitaciones. Ni los planes. Otro viaje, otra ilusión, espera, también para la prensa.
Los visitantes, por aquello de la flema inglesa o porque el resultado de la eliminatoria estaba asumido, asistían a la liturgia del post-partido con gesto impasible. Con más de una sonrisa, incluso, y en algún caso con ganas de probar si la noche bilbaina era tan animada como permitía augurar la excitación de la hinchada.
Que seguía atronando, a unos decibelios que obligarían al cierre de cualquier local, desde el exterior de la Catedral, mientras dentro se hacía el silencio cuando apareció Alex Ferguson. No todos los días se recibe a un mito como el técnico británico. Del que se guardará un recuerdo inmejorable, teniendo en cuenta las flores que dedicó a su rival.
Más ruido y, sobre todo, más fotos hubo en el paso por zona mixta de los jugadores del Manchester. Un recuerdo que nadie se quiso perder para completar un álbum de fotos con lugar destacado en las estanterías.
Imposible encontrar un pero a la noche protagonizada por el Athletic, que firmó una gran victoria, no solo porque supone «seguir en la competición, sino porque la conseguimos frente al Manchester», aseguró Marcelo Bielsa.
Una jornada completa, a la que también contribuyó la afición rojiblanca. «El espectáculo en el campo, entre dos rivales que compitieron y que el público redondeó fue algo que merece ser visto y disfrutado», admitió, subrayando que ese «compromiso» de la hinchada «es un emblema de esta institución».
El técnico rojiblanco, por último, se reconoció incómodo con las cuestiones sobre su continuidad. «Las evaluaciones se hacen cuando los hechos son definitivos y todavía estamos compitiendo en tres escenarios», recordó. A.U.L.
Como sucediera tras el encuentro de ida, Alex Ferguson se descubrió ante la manera en que solventó la eliminatoria un Athletic con el que se reconoció maravillado y al que deseó un gran futuro.
«Tiene una muy buena oportunidad para llegar lejos. Nos lo han demostrado otra vez y creo que pueden seguir haciéndolo muy bien e incluso llegar a la final. Lo merecen, realmente les deseo todo lo mejor. Es un tributo -aseguró- al esfuerzo que ha impregnado el entrenador. Realmente es una maravilla ver jugar de esta manera, merecen llegar hasta el final».
En lo que respecta al choque, Ferguson lamentó que, tratándose de «un equipo británico, el primer gol haya llegado en un balón largo. La primera parte ha sido igualada, pero luego han jugado mejor que nosotros». A.U.L.
Por aquello de la flema inglesa o porque el resultado de la eliminatoria estaba asumido, técnico, jugadores y periodistas británicos asumieron la derrota sin mover una ceja.
