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El athletic a cuartos de la europa league

Aita... ya sé por qué somos del Athletic

El Athletic es ya el primer equipo en la historia de las competiciones europeas que le gana los dos partidos al Manchester United marcándole 5 goles. Pero eso es lo de menos. Lo mayúsculo es lo que se vivió ayer durante noventa minutos dentro de esa Catedral del fútbol que es San Mamés. El Athletic de Bielsa volvió a pasar por encima de los de Ferguson, madurando el partido en la primera mitad y arrollando en la segunda. Enorme Athletic. Bendita locura.

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ATHLETIC 2

MAN UTD 1

Joseba VIVANCO

El gran Manu Leguineche, rojiblanco desde la cuna aunque su fidelidad fuera vía parabólica, decía que «ser del Athletic es un cromosoma que marca para toda la vida». Ayer, nada más finalizar otra histórica lección de fútbol de las muchas que cincelan la historia de este centenario club, seguro que José Mari Amorrortu, máximo responsable de Lezama, esbozó una sonrisa de satisfacción, lo mismo que Gontzal Suances, Bingen Arostegi, Edu Docampo, Iñigo Lizarralde y todos esos técnicos que trabajan día a día con la cantera. Y todo porque como ocurriera hace apenas tres años con aquella final de Copa en Mestalla, esta nueva gesta tras pasar por encima de todo un Manchester United allanará el camino para explicar a esos que hoy son cahorros qué es el Athletic, qué significa el Athletic, por qué no hay nada comparable a jugar en San Mamés cada quince días o levantar un título en este equipo... En síntesis, interiorizar qué es ser del Athletic.

Ayer, lo mismo que hace tres años, un niño, una niña, en algún rincón de Bizkaia o Euskal Herria, decidió que de mayor querrá jugar en el Athletic. Y ese deseo, ese sueño es el que perpetúa ese inagotable sentimiento Athletic. Y quién sabe si ese niño, esa niña, un día, serán los protagonistas de dar continuidad a esta bendita locura, como lo fueron en una mágica tarde de marzo los Llorente, De Marcos, Amorebieta, Muniain, Iraola, Javi Martínez...

Decía Napoleón que una derrota contada con todo tipo de detalles es imposible de distinguir de una victoria. Hoy no hace falta siquiera contar con todo tipo de detalles cómo se fraguó esta nueva victoria. Sobran los detalles, porque nadie olvidará ya el enorme golazo de Llorente tras volear un balón lejano de Amorebieta al más puro estilo británico; ni la gamberrada que se marcó un portentoso Andoni Iraola en las mismas narices de la defensa de todo un líder de la Premier League; ni el gol que premió a un De Marcos -7 tantos y 10 asistencias esta temporada- para el que se agotan los adjetivos; como no olvidará un mariscal de campo de nombre Iturraspe que un día él `secó' al legendario Ryan Giggs... ni siquiera que nosotros, los afortunados que lo vivimos en directo, vimos marcar un golazo a una estrella llamada Wayne Rooney.

Masticar para luego tragar

Como en la `Paradoja de las Judías Secas' que ideara Carlos Rexach y que Guardiola aprendiera de niño -como recoge Martí Perarnau en ``Senda de campeones''-, los de Marcelo Bielsa tuvieron en la primera parte paciencia, esperaron, masticaron el encuentro mientras todas las judías se colocaban sobre el plato de manera adecuada.

Una vez conseguido, fue entonces cuando en una segunda mitad arrolladora, pletórica de juego, desborde, entrega y ambición, se tragaron a un United que se vio impotente, incapaz, estéril. Decía el bueno de Ángel Gorostidi, médico del último equipo campeón, que «los jugadores del Athletic tienen la obligación de acabar muertos todos los partidos». Y ayer, como si en ello les fuera la vida, dieron hasta la última gota, sin mirar al marcador. «Nunca te guardes el último esfuerzo», educó Lidia, su mamá, a Marcelo. Él, sus leones, San Mamés, nos recordaron ayer por qué somos del Athletic.

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