La incertidumbre crece en Bamako desde que los militares llevaron a cabo un golpe de Estado el miércoles. Los golpistas, cada vez más aislados dentro y fuera del país, intentan estabilizar la situación ante el miedo de una contraofensiva lealista.

Una calma tensa reinaba ayer en la capital, donde gran parte de los bancos y las gasolineras estaban cerradas -lo que representa un creciente problema de falta de dinero y combustible- y solo algunos vehículos militares circulaban en las principales carreteras.

Los principales partidos de Mali condenaron el golpe de Estado lo que debilita a los golpistas que tampoco cuentan con el apoyo internacional. Los informes contradictorios sobre el estado del líder de los golpistas, el capitán Amadou Sanogo, la desinformación sobre el paradero del presidente Amadou Toumani Touré y los mensajes emitidos por radio a la ciudadanía aumentaron la confusión.

Sanogo desmiente rumores

El líder del golpe de Estado, Amadou Sanogo, que se reunión con el embajador francés, Christin Rouyer, compareció en la televisión pública para desmentir los rumores sobre un posible contragolpe de militares leales y sobre su supuesta muerte. «Buenas tardes, pueblo de Mali. Buenas tardes, camaradas de armas. Buenas tardes, ciudadanos. Soy el capitán Sanogo y estoy aquí, bien de salud. Todo esta bien» afirmó Sanogo.

Después, un segundo interviniente identificado como portavoz de la junta milita aseguró que la totalidad del Ejército apoya a Sanogo.