ENTREVISTA | Eloy OrzaiZ, clavecinista
«Las pruebas de acceso de la EUBO son un curso muy recomendable para todo músico»
Como cada año, cuando se acerca el verano, las grandes orquestas de jóvenes de Europa realizan sus pruebas de acceso. Suponen una oportunidad única para cientos de estudiantes avanzados, que obtienen mediante estas orquestas acceso al mundo profesional y contacto con algunos de los mejores músicos del mundo.
Mikel CHAMIZO | DONOSTIA
Cada año, cientos de jóvenes de toda Europa se presentan a las pruebas de acceso de la EUBO, la Orquesta Barroca de la Unión Europea. Tras una preselección entre los candidatos, un número reducido de aspirantes son llevados a Luxemburgo para, durante tres días, trabajar con ellos en todo tipo de ensayos y pruebas de solista y música de cámara. En un concierto final escogen, por fin, a los 24 músicos que forman la orquesta cada año y que trabajarán con músicos de la talla de Tom Koopman, Paul Agnew o Enrico Onofri, entre otros.
En las pruebas de selección del 2012, que finalizaron hace un par de semanas, se han hecho con una plaza en la EUBO dos jóvenes instrumentistas vascos: Ricardo Cuende, un violista de Irun, y Eloy Orzaiz, clavecinista de Iruñea. Orzaiz, que fue alumno de piano en Musikene y después de música antigua en La Haya, compartirá el puesto de clavecinista con un músico francés y las giras de la orquesta con jóvenes procedentes de Alemania, Austria, Holanda, República Checa, Polonia, Italia y Gran Bretaña.
¿Cómo fue el proceso de selección para la EUBO? ¿Qué pruebas tuvo que superar?
Las pruebas de selección para la EUBO no han sido una audición de orquesta al uso. No tienen nada que ver con tocar unos pocos minutos unos pasajes orquestales elegidos por un tribunal. Las pruebas en sí son un curso muy recomendable para todo músico que quiera aprender un poco más sobre la música antigua, en general, y sobre tocar en una orquesta barroca, en particular. A lo largo de tres intensos días cada músico demuestra sus habilidades en diferentes formaciones: ensayos de orquesta al completo, ensayos seccionales, clases individuales de instrumento, música de cámara en pequeña formación... todo ello supervisado y dirigido por especialistas en la materia que son, finalmente, quienes deciden quiénes pasarán a formar parte de la Orquesta Barroca de la Unión Europea.
¿Y de qué se benefician los seleccionados a la EUBO? ¿Qué supone para un joven músico participar en esta orquesta?
Los seleccionados pasan a ser miembros de la EUBO del correspondiente año (la plantilla de la orquesta se renueva totalmente cada año). Ello implica participar en las giras en las que seas llamado a tocar, pues no toda la orquesta o todos los miembros participan en todos los proyectos. A veces necesitan dos claves, a veces solo uno, a veces no necesitan fagotes, a veces dos, etcétera. El solo hecho de haber sido seleccionado es ya un premio, por la posibilidad de participar en los ensayos y los conciertos. Supone experiencia y formación, ya que la orquesta la dirigen los maestros más reconocidos del momento en el mundo de la música antigua. Es toda una oportunidad y un honor poder participar en ella.
Usted se formó como pianista. ¿Cómo llegó finalmente a tocar el clave?
Más que nada por el repertorio, porque adoro la música barroca y, básicamente, una cosa llevó a la otra. Yo estudié en Musikene, pero luego amplié mis estudios en piano en Holanda y ahí, teniendo una tradición mucho más larga en el estudio e interpretación de la música antigua, dar el paso hacia el clave me resultó muy natural. Mi profesor de piano siempre me apoyó en todo.
Son pocos los solistas que se dedican a los dos instrumentos, el clave y el piano. ¿Tiene alguna preferencia y un objetivo profesional?
Es una pregunta muy buena. En verdad es muy difícil combinar ambos mundos. Yo lo intento, de hecho también estoy empezando a estudiar el fortepiano, que sería el eslabón de unión entre el clave y el piano moderno. Me gusta tocar solo pero tengo que admitir que prefiero hacerlo en grupo. Quiero ganarme la vida tocando regularmente en un ensemble de música antigua o formando el mío propio, así como tocando también música de cámara al piano. Poder combinar todo ello con la enseñanza sería lo ideal.
Fue usted alumno de una de las primeras promociones de Musikene. ¿Cuál ha sido su periplo formativo desde que salió del centro hasta hoy?
Al salir de Musikene fui a Holanda, estudié un Máster de piano en La Haya y un Grado Superior de clavecín. Se dice pronto pero son muchos años de formación...
Y viéndolo desde fuera, desde un conservatorio de tanto renombre, ¿qué le pareció la etapa tormentosa que atravesó Musikene hace año y medio?
Fue muy triste y patético, un culebrón lamentable que guarda relación casi en exclusiva con la política y con nada más. Musikene, con todos sus defectos, era un centro de referencia cuando yo estudié ahí. Parecía imposible que en tan poco tiempo se pudiera tirar todo por la borda, pero resulta que sí, que por desgracia ha sido posible. Reconozco que no sé cómo es la situación actual, pero espero que después de la dimisión de los responsables se haya mejorado o, al menos, esté en vías de reconducirse.
«Es muy difícil combinar ambos mundos. También estoy empezando a estudiar el fortepiano, que sería el eslabón de unión entre el clave y el piano moderno. Me gusta tocar solo pero prefiero hacerlo en grupo»
«Fue muy triste y patético, un culebrón lamentable que guarda relación casi en exclusiva con la política y con nada más. Musikene, con todos sus defectos, era un centro de referencia cuando yo estudié ahí»