Armenia, con 3,3 millones de habitantes, celebrará mañana elecciones parlamentarias en las que el Partido Republicano del presidente Serge Sarkissian se perfila como favorito frente a Armenia Próspera, del multimillonario Gaguik Tsarukian, que forma parte de la coalición gubernamental.

Las de mañana son las primeras elecciones desde los comicios presidenciales de 2008 que dieron la victoria a Sarkissian y motivaron fuertes protestas, que se saldaron con diez muertos.

El Gobierno ha prometido un escrutinio transparente ante las denuncias de compra de votos por parte de las autoridades a través de la distribución de antenas parabólicas, teléfonos portátiles, alcohol y tractores.

«Nuestra convicción profunda es que necesitamos elecciones claras, transparentes, justas y honestas», dijo a AFP el primer ministro Tigran Sarkissian, miembro del Partido Republicano.

Sin embargo, el partido opositor Congreso Nacional Armenio (CNA) denunció que las elecciones se llevan a cabo de una «atmósfera de miedo e intimidación» orquestada por la «mafia» en el poder. «A veces Armenia parece democrática, pero es una fachada. Debemos desmantelar este régimen que se parece a una mafia y que utilizó al Estado para su enriquecimiento personal», declaró un miembro de ese partido, Levon Zurabian.

Advirtió de que, en caso de detectar fraudes, saldrán a manifestarse. En el mismo sentido se pronunció Armenia Próspera.

«Una hipotética decepción y frustración por parte de la ciudadanía por la ausencia nuevamente de unos comicios honesto agravaría los problemas estructurales del país, lo que podría conllevar una importante inestabilidad», remarcó el exministro de Exteriores Vartan Oskanian.

Armenia afronta importantes problemas económicos, particularmente debidos al cierre de fronteras con sus vecinos Turquía y Azerbaiyán.