Visiblemente emocionado y con lágrimas en los ojos, Pachi Izco leyó ayer un comunicado de despedida, en el que el presidente rojillo hizo un balance positivo de su gestión de estos diez años al frente de la entidad. El mandatario cree haber cumplido la mayor parte de los objetivos que se impuso al acceder al cargo y solo le ha quedado la espina de no haber terminado de encauzar la situación financiera del club, algo que entiende está encarrilada aunque la sensación con la que se ha quedado es la de que «mantener a Osasuna en esta Primera División es caro y deficitario».

El mensaje parece una velada advertencia tanto al Gobierno de Nafarroa -intenta aplazar las deudas que la entidad rojilla tiene con su hacienda-, y a Miguel Archanco, por ahora único candidato a sucederle al frente de Osasuna y por el que Izco se decantó públicamente. «Me quedaré tranquilo si Miguel llega», apuntó preguntado por la posibilidad de que el miembro de su actual directiva lo releve en el cargo. Mientras, se sigue esperando alguna posible candidatura de la plataforma «Todos Somos Osasuna» que nació hace dos años en oposición al actual presidente, que pudiera disputarle la presidencia al abogado navarro.

Sin motivo concreto

A la hora de explicar los motivos de una decisión que filtró a una radio española el 24 de abril tras el partido contra el Málaga, pero de la que hasta ayer no dio ninguna explicación en Iruñea, Pachi Izco explicó que deja el cargo al final de esta temporada por el cansancio acumulado durante sus diez años de gestión y al considerar que se ha acabado un ciclo.

«Es el momento de anunciar que dejo la presidencia al final de la presente temporada. No hay un motivo concreto, porque había razones que me animaban a seguir, pero hay que dejar paso a nuevas ideas y nuevos proyectos. Si mandase solo el corazón seguiría, pero la cabeza me hace pensar que se ha acabado un ciclo», declaró. Añadió que, además, «los socios se cansan» y que es bueno que «entre aire fresco».

Izco subrayó que ha sido un «orgullo ser presidente de Osasuna» y que ha defendido al club «de la mejor manera» que ha sabido. «He sido un privilegiado», agregó.

Resaltó asimismo que ha «disfrutado» de una década en la que Osasuna ha conseguido los mejores resultados deportivos de su historia, pero señaló que no es mérito suyo y, parafraseando al gran ciclista Miguel Indurain, apuntó que «solo estaba ahí». «No quiero presumir de final de Copa, del cuarto puesto, de las semifinales de UEFA o de haber sido el único presidente de la historia de Osasuna que no ha conocido al equipo en Segunda División; no son méritos míos. Yo solo gestionaba de la mejor forma que podía toda la energía que desprende este club», apuntó.

Izco reconoció que el futuro de Osasuna es «complicado», pero precisó que no se va «por eso», ya que, según aseguró, es un «peleas» y brindó su apoyo y experiencia al presidente que le suceda en el cargo al frente de la nave rojilla. «Si no hay un apoyo fuerte, directo y estable, llegan tiempos duros en los que hará falta apretarse mucho el cinturón, habrá que seguir luchando por intentar competir en igualdad de condiciones con el resto de equipos, habrá que seguir buscando apoyos hasta debajo de las piedras, habrá que seguir sufriendo para sumar 43 puntos y habrá que seguir formando piña para que Osasuna cumpla sus objetivos», apuntó.

Por último pidió «perdón públicamente» por sus errores y agradeció las «críticas responsables» y, al respecto, señaló que le «encantaría cerrar la puerta sin dejar ningún enemigo atrás» y que «nunca» le dará la espalda al club rojillo.

Al ser preguntado por cómo le gustaría que le recordaran, respondió que, «como una persona normal, con eso me basta», finalizó muy emocionado.