Mikel INSAUSTI | Crítico cinematográfico
Sin criterio
Estoy dispuesto a admitir que vivimos en la era de la información, pero el estar conectados con las fuentes de datos no quiere decir, a mi entender, que poseamos los códigos para interpretar correctamente su contenido. Es más, existe un vacío que deja todo el teórico caudal de conocimiento inoperante.
Me maravillo de la facilidad de acceso a películas que no había conseguido ver jamás en una sala de proyección. Últimamente he conseguido pillar, por fin, en distintos canales vía satélite tres de las joyas que andaba persiguiendo: «El más valiente entre mil», «Marchar o morir» e «Inserts». Para mí ha supuesto cubrir una importante laguna cinéfila que ya me quitaba el sueño.
Son, respectivamente, títulos poco o mal divulgados de los cineastas malditos Tom Gries, Dick Richards y John Byrum. Lo que me parece injusto es que los haya visto por casualidad, haciendo zapping para huir de la programación televisiva generalista. Siguen siendo un tesoro oculto, por culpa de la falta absoluta de enfoque cultural que existe en los medios.
Salvo La 2, que te lleva a Mercedes Álvarez para explicar cómo hizo «El cielo gira», nadie parece querer cumplir esa función imprescindible. Las nuevas generaciones no tienen por qué saber si tal o cual película de décadas pasadas es recomendable, cuando nninguna cadena se molesta en comentar lo que emite.
Mientras las televisiones solo utilicen la oferta cinematográfica para completar su parrilla diaria, todas las películas, mejores o peores, no serán más que un mero relleno. De esta forma resulta imposible que los espectadores de hoy en día lleguen a tener un criterio propio o una mínima capacidad de elección.