La Comunidad de Madrid ha dado un plazo de un mes para la clausura de TeleK, una cadena comunitaria del barrio madrileño de Vallecas que constituye uno de los pocos espacios progresistas dentro del panorama mediático de la capital del Estado español. La Administración que dirige Esperanza Aguirre no ha atacado directamente a la televisión, sino que se ha dirigido a la comunidad de vecinos del Edificio Torre de Valencia, donde se ubican las emisiones tanto de TeleK como del Canal 33 e iSolidaridad TV para obligarles a desmontar la instalación. En caso de que no lo hagan, se arriesgan a una multa diaria de 30.000 euros.

«En un momento en el que cada vez surgen más protestas, parece que tenían que callarnos», aseguró ayer Paco Pérez, presidente de TeleK, que informó de que está convocada una asamblea la próxima semana para definir futuras movilizaciones. Aguirre ya intentó clausurar TeleK, pero los jueces dieron la razón a la cadena.