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«Muchas veces nuestros conciertos están medio vacíos. No nos preocupa»

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Jon Bagües

Director de Eresbil

Jon Bagüés es el director del Archivo Vasco de la Música, Eresbil, que organiza conjuntamente con la Coral Andra Mari la Semana de la Música Vasca de Errenteria. Musikaste, que comenzó ayer, desplegará hasta el próximo sábado un buen número de conciertos de todo tipo.

Mikel CHAMIZO | DONOSTI

Jon Bagües es uno de los grandes profesionales de la documentación musical. Al frente de Eresbil, un proyecto admirado en toda Europa, ha logrado recuperar y clasificar la obra de infinidad de compositores vascos de todas las épocas. Algunas de esas joyas se pueden escuchar cada año en Musikaste, la Semana de la Música Vasca vinculada al archivo.

Este año se cumplen 40 del nacimiento de Musikaste. ¿Cómo ha evolucionado el festival en todo este tiempo?

Musikaste nació en 73 con la idea de difundir la música de los compositores vascos, pero al año siguiente se redactó un ideario que especificaba cómo iba a ser este apoyo y que incluía desde el impulso específico a la música contemporánea hasta la creación de un archivo. En estas cuatro décadas Musikaste se ha mantenido fiel a ese ideario, no se ha sustituido porque nosotros y mucha gente creemos que, en lo básico, sigue siendo actual. En lo que sí ha evolucionado Musikaste ha sido en su apertura a otros géneros más allá de la música culta u académica. Al principio solo se tocaban los clásicos, música de cámara, obras religiosas... pero luego se abrió también a la música antigua, la ópera o la danza.

También a las músicas populares.

Sí, hace unos años inauguramos una sección, Mugetan, para dar cabida al jazz, a las músicas experimentales y la electrónica. Y también nos abrimos al mundo de la pedagogía y los conciertos didácticos. Por eso diría que la evolución de Musikaste en su historia se ha basado en la ampliación más que en el cambio.

A lo largo de los años Musikaste ha intentado rescatar a decenas de compositores vascos de todas las épocas, pero parece que casi todos vuelven a caer en el olvido nada más terminar el festival. ¿Por qué no se terminan de asentar en el repertorio?

Es una cuestión muy compleja que tiene que ver con la socialización de la música y con el negocio de las orquestas, directores, instituciones musicales y editoriales, que programan música basándose en los viejos repertorios del siglo XIX y comienzos del XX. El negocio de la música es amplio y complejo y nosotros solo somos una pequeña gotita en ese océano, por eso la música que rescatamos en Musikaste no se suele volver a tocar. Hemos querido paliarlo un poco evolucionando en nuestros conciertos hacia programas más homogéneos, para que los intérpretes luego lo puedan repertir en otros lugares.

¿Se registra en disco todo ese repertorio rescatado?

Sí, grabamos todos los conciertos y de algunas obras tratamos de impulsar su circulación en disco, como ocurrió con la «Sinfonía nº3» de Ángel Illaramendi o algunas otras de música antigua. Pero que estos repertorios casi desconocidos se asentaran supondría una labor de muchos años y la consolidación de estructuras musicales en Euskal Herria. Un festival solo no puede llevarlo a cabo, tiene que funcionar con toda la cadena musical: centros pedagógicos, instituciones, editoriales...

¿Le ha afectado la crisis al festival?

Sí, pero Musikaste tiene la suficiente cintura para lidiarla, porque nuestro objetivo nunca ha sido abarrotar los conciertos. Hacemos una programación pensada en torno a los autores, no en la comercialidad. Por eso muchas veces nuestros conciertos están medio vacíos, aunque no nos preocupa. Lo importante es la labor que se lleva a cabo tocando a esos autores en condiciones óptimas. Y a partir de ahora, que a los compositores les va a costar todavía más que se toque su música, es cuando haría falta que hubiera más festivales como Musikaste.

Una semana de música vasca inédita

Ayer se dio el pistoletazo de salida a Musikaste, el festival de Errenteria que se unió a la Olatu-Talka donostiarra. Hoy llegarán conciertos de la Andra Mari Abesbatza, la Banda municipal y los txistularis, pero el grueso del festival se desarrollará a partir de mañana, con el estreno absoluto de seis obras de otros tantos jóvenes alumnos de Musikene, tocadas por el Ensemble Kuraia. El martes, un concierto de música de cámara recuperará las obras de mujeres compositoras, especialmente las de la violinista y compositora irunesa María Victoria Figuerido. Junto con ella Emma Chacón, catalana afincada en Bilbo, y Emiliana Zubeldia, navarra afincada en México y profesora de la Universidad de Sonora.

El miércoles, un concierto del Ensemble Diatessaron rememorará el año 1512 evocando los paisajes sonoros que se podían escuchar en aquella época en villas y ciudades, iglesias y catedrales, en las capillas reales y también los cantos de artesanos y peregrinos. El jueves, otro concierto de cámara recordará al guitarrista y compositor oñatiarra José de Azpiazu que consagró su vida al servicio de la guitarra en Ginebra. El viernes, el tradicional día coral reunirá a cinco coros de diferentes puntos de Euskal Herria, y el sábado se clausurará Musikaste con la interpretación de la «Sinfonía Mítica» de Francisco Escudero y el estreno absoluto de «Hurkus errementaria» de David Azurza. M.C.

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