Jokin Aperribay impuso antes del partido la insignia de oro y brillantes de la entidad
Mikel Aranburu pidió para sus compañeros el mismo cariño
Las escasas palabras pronunciadas tras el emotivo homenaje que le tributó su afición se limitaron a agradecer el apoyo de su gente y a pedirlo para sus compañeros. Tras el partido, dio la vuelta de honor secundado por todos los realistas ante un estadio puesto en pie.
Joseba ITURRIA
Mikel Aranburu se despidió de la Real tal como ha sido toda su trayectoria como blanquiazul, con la grandeza desde su sencillez y con un mensaje cargado de contenido. Cuando al final de su último encuentro como blanquiazul le dieron el micrófono, en el centro del campo, agradeció en euskara todas las muestras de cariño recibidas, señaló que la afluencia de público y el homenaje habían superado lo previsto y pidió que ese mismo cariño lo reciban a partir de ahora sus compañeros.
Aranburu ha dado el paso de retirarse antes de lo que necesitaba la Real porque quería salir como pudo salir ayer, como deben salir jugadores que dedican su vida a la Real. Vino a transmitir su deseo de que el homenaje que recibió él y que no pudieron tener compañeros con los que luego coindició en el palco como Aitor López Rekarte y Agustín Aranzabal sea una norma que se retome en el futuro.
Porque el homenaje, desde la más absoluta sencillez, resultó precioso y emocionante. Los aficionados de la Real atendieron al llamamiento realizado por su club y acudieron antes que nunca al estadio, donde muchos de ellos colocaron pancartas para mostrar su agradecimiento a Mikel Aranburu por su trayectoria ejemplar en la Real.
En los prolegómenos del encuentro Jokin Aperribay entregó la insignia de oro y brillantes de la entidad al azpeitiarra, aunque luego se la colocó en el palco tras el partido. El presidente y el capitán salieron al campo por un pasillo formado por los jugadores de los dos equipos y por los infantiles de Real y Lagun Onak, y todos los jugadores titulares de la Real salieron con camisetas que tenían el nombre y el número de Aranburu.
Detalles de los compañeros
Los demás, incluidos los no convocados, y todos los técnicos y auxiliares que trabajan con el primer equipo, lo hicieron con unas camisetas azules preparadas para la ocasión en la que aparecían los años 1992, el de llegada de Aranburu a la Real, y 2012, el de su despedida y un lema de agradecimiento por esos 20 años de entrega al club.
Se emitió en los videomarcadores un vídeo con imágenes de toda esa trayectoria en la Real y después los bertsolaris Jon Maia y Amets Arzallus, amigos del capitán blanquiazul, le dedicaron unos bertsos en unos minutos en los que Aranburu estuvo acompañado en todo momento por su compañera y por su hijo recién nacido, ataviado con la indumentaria de la Real y que acompañó al capitán en las fotos más especiales. Entre ellas la más destacada fue en la que estuvo acompañado por toda la plantilla y los técnicos y auxiliares del primer equipo.
Claro que el momento más emotivo llegó cuando Philippe Montanier realizó el cambio que se podía prever al sustituir al azpeitiarra y dar la entrada en su lugar a Rubén Pardo para simbolizar la entrega del relevo del azpeitiarra al riojano.
En ese instante todo Anoeta se puso en pie para despedir a su capitán y todos los compañeros que estaban en el campo, uno por uno acudieron a abrazarle. Al término del partido lo mantearon en el centro del campo, bailaron a su alrededor unidos de la mano y después le siguieron mientras daba la vuelta al campo para despedirse de la que ha sido su afición mientras sonaba una canción de Mikel Laboa especial para él.
La última parte se vivió tras el partido en el antepalco de Anoeta donde su cuadrilla le bailó un aurresku y se juntaron toda la familia del azpeitiarra, los alcaldes de Donostia y Azpeitia, el diputado general, su referente en la Real, Iñaxio Kortabarria, Luis Uranga, personas que trabajaron con él en el Lagun Onak y en la Real, y excompañeros que han sido especiales en su trayectoria como Garitano, Jauregi, Aranzabal, Sarriegi, López Rekarte, Gari Uranga, Gurrutxaga, Mikel Etxabe y Egurbide.
Emocionado y agradecido a toda la parroquia txuriurdin. Así se mostró Mikel Aranburu al término de su último encuentro de fútbol con la Real. «Es difícil describir las sensaciones. He recibido más apoyo y cariño del que esperaba. Imaginaba que iba a venir gente, pero ha superado las expectativas. Solo por vivir el día que he vivido hoy ha merecido la pena estar tantos años aquí», recalcó el gran capitán del conjunto guipuzcoano.
«He sentido una gran alegría. No es fácil explicarlo con palabras. He tenido momentos buenos y malos tanto yo como el equipo, pero dejo el club en un buen momento, con un equipo joven que ilusiona. La gente se ha ido hoy contenta a casa, me ha llegado muy dentro todo. Quiero agradecer a la gente. No pueden saber con qué alegría me voy hoy a casa», agregó después Aranburu.
El capitán de la Real también explicó cómo había ido la semana: «No esperaba que fuera así. Esta semana, viendo las peticiones de entradas, sabía que vendría mucha gente conocida. Amigos, familia, mucha gente que no viene a los partidos, mucha gente ha estado conmigo, otras muchas pancartas en el estadio, todo el rato animando al equipo... Ha sido un día redondo».
Respecto al tema puramente deportivo, señaló que «sin una victoria hubiera sido diferente. Aparte de todos los actos bonitos y emotivos que he vivido, que el equipo haya ganado al tercer clasificado es muy importante. Hemos conseguido 47 puntos que hacía muchos años que no conseguíamos. Lo ha redondeado todo».
Asimismo, el azpeitiarra indicó que «este equipo merecía acabar la temporada bien con una victoria porque hemos hecho una buena segunda vuelta en Anoeta. Este equipo merece el apoyo de todos. Empezaremos con mucha ilusión, desde otro sitio, pero estaré con este equipo a tope».
Por su parte, Philippe Montanier declaró en rueda de prensa que «ha sido la noche perfecta. Es la primera vez que he vivido un día como el de hoy. Nunca en mi vida profesional viví una gran emoción como la de hoy con Mikel. Ha sido un partido duro, pero luchamos para sacar una buena victoria que ofrecer a Mikel».
Asimismo, del homenaje, el técnico blanquiazul dijo que «me ha gustado todo: el comportamiento de Mikel, el ambiente, los aficionados... Es la primera vez que he vivido una situación como esta. Es increíble. Tengo claro que Mikel merece la ovación. Para mí es un gran día, una gran experiencia».
El normando aprovechó para hacer balance del año: «Ha sido una temporada dura porque es la mejor Liga del mundo, pero progresivamente el equipo ha continuado trabajando, sobre todo en los momentos difíciles. Ahora vamos a aprovechar el final de temporada y el resultado. Quiero dar una gran felicitación a la plantilla porque todo el mundo ha tenido un comportamiento muy profesional. Para mí ha sido un gran placer trabajar con este grupo». Sin embargo, el técnico no quiso hablar de su futuro. «Es el día de Mikel. Vamos a hablar de Mikel. Tenemos suficiente tiempo para hablar de mi caso la semana que viene», sentenció. Joseba ITURRIA