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crisis en la eurozona

La cúpula europea busca aumentar la unidad fiscal, bancaria y política

La Comisión Europea, el Consejo de la UE, el Banco Central Europeo y el Eurogrupo trabajan en un plan de reestructuración hacia una «nueva Unión Europea» que tenga como pilares básicos la unión banquera, fiscal y política, según adelantaba ayer el dominical alemán «Welt am Sonntag». Está previsto que esta reforma de la zona euro se aborde en la próxima cumbre, a finales de junio, donde se enfrentará al examen de los veintisiete líderes europeos.

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GARA | BERLIN

La crisis económica que azota fuertemente a varios países de la Unión Europea (UE) ha obligado a los máximos mandatarios de la CE, el Consejo de la UE, el BCE y el Eurogrupo a plantearse un cambio a fondo en la estructura de la eurozona. El dominical alemán «Welt am Sonntag» reveló ayer que las cuatro principales instituciones de la zona euro trabajan ya en un plan de reestructuración que está previsto abordar en la próxima cumbre, que se celebrará a finales de este mes.

El dominical alemán relata que esta hoja de ruta que idearán el presidente del Consejo, Herman van Rompuy, el de la CE, José Manuel Durao Barroso, el del BCE, Mario Draghi, y el jefe del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, tiene cuatro pilares básicos: reformas estructurales, unión banquera, unión fiscal y unión política. Añade que los cuatro mandatarios europeos recibieron el encargo de elaborar este plan en la última cumbre informal de la UE, el pasado 23 de mayo.

Aunque se desconoce el contenido concreto de esta hoja de ruta, señala que se trata de un «proyecto revolucionario» que afectará «a todos los niveles» de la UE. Concreta que el programa incluirá medidas específicas para impulsar el crecimiento y no concentrarse únicamente en la austeridad, principio en el que se han basado hasta el momento los países afectados por la crisis.

La unión fiscal se presenta como el punto álgido de la hoja de ruta, cuyo propósito es estar mejor equipado frente a situaciones como la actual y responder a las presiones internacionales para superar la crisis de la zona euro tras dos años en persistente situación de emergencia. Precisamente éste es un punto del que mucho se ha hablado en los últimos días y que cuenta con el apoyo de varios mandatarios de la eurozona, entre ellos el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, y la canciller alemana, Angela Merkel, además de los cuatro representantes encargados de elaborar la hoja de ruta.

La hoja de ruta también plantea que el BCE debe estar preparado para actuar más decididamente y dotarse de mecanismos centralizados de supervisión sobre el conjunto de la banca. Asimismo, desde la institución de Draghi se apunta a la creación de un fondo de rescate para la banca.

La sombra de Merkel

Hasta ahora, algunos de los puntos que previsiblemente incluirá este plan de reestructuración no contaban con el visto bueno de Merkel. De hecho, los planes de austeridad han sido el puntal de la vía preconizada por su Gobierno. También ha mostrado en varias ocasiones su reticencia hacia la creación de un fondo de rescate, insistiendo en que no hay una vía directa de ayuda a los bancos. No obstante, la pasada semana, la propia canciller apuntó la necesidad de diseñar un programa global, al afirmar que se debía reflexionar acerca de cómo debe evolucionar Europa «en los próximos cinco a diez años».

En este sentido, Merkel ha mostrado su disposición a modificar ciertas posturas hasta ahora consideradas inamovibles. El origen de este cambio puede deberse a la presión de sus socios de la UE y de la oposición alemana.

Según el dominical alemán, el propósito es que el plan sea discutido, perfilado y adoptado a más tardar a finales de este año, para lo que será necesario el consenso de los líderes europeos, de lo contrario implica el riesgo de escisión entre los veintisiete.

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