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Eurocopa de Polonia y Ucrania

Varios candidatos buscan desbancar la esperada hegemonía española

Polonia, uno de los organizadores, y Grecia abrirán hoy -Estadio nacional de Varsovia, 18.00- el fuego de una Eurocopa que se antoja muy reñida, aunque expertos y apuestas sitúan a España, actual campeona mundial, un peldaño por encima del resto. Se enfrenta a la historia -nadie ha encadenado tres grandes torneos seguidos- y a la impredicibilidad de un torneo que han ganado conjuntos inesperados.

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Natxo MATXIN

El fútbol no para, máxime en tiempos de crisis. Durante algo más de tres semanas, los aficionados al deporte rey, fundamentalmente europeos, estarán pendientes de un torneo cuya máxima incógnita se despejará el próximo 1 de julio. La principal ecuación que se plantea en la misma jornada de su inicio es conocer si la selección dirigida por Vicente del Bosque será capaz de prolongar su hegemonía.

En principio, parte como favorita en las apuestas, pero eso luego hay que refrendarlo sobre el césped. Son muchos los factores que deben acompañar a una selección para conseguir el triunfo final y, ya a un determinado nivel, los detalles individuales son fundamentales -¿qué hubiese ocurrido si en la pasada final mundialista el pie de Casillas no hubiese abortado su mano a mano con Robben?-, aunque en ese apartado el combinado español anda sobrado de calidad. De momento, su fútbol no se ha apagado y es el máximo rival a batir.

Favoritos
España, Alemania, Holanda y Francia acaparan todas las expectativas de triunfo.

Frente a la vitola de actual campeona y el hecho de mantener la filosofía de juego que tan buenos resultados le dio en Sudáfrica, España se enfrenta a contratiempos como la aparición de un posible cansancio físico a consecuencia de los exigentes campeonatos en los que han participado sus estrellas o la fatiga mental por el hecho de que todo el mundo le dé como virtual ganadora, con el contratiempo añadido de que para la faceta psicológica no cuenta con hombres tan importantes como Puyol o Villa.

Sus más cercanos rivales, pese a contar en sus filas también con hombres bregados en las más competitivas ligas europeas, parten con la cabeza más fría y una menor presión mediática. A la espera del fallo español, Alemania espera sacar rédito a una joven generación de talentosos jugadores que ya dieron muestra de su calidad en el pasado Mundial. Dos años más tarde, muchos de ellos han pasado de promesas a consolidadas piezas en escuadras importantes del viejo continente, caso de Özil o Mario Gómez. Además, este es su torneo por excelencia, pues los germanos son los únicos que lo han conseguido en tres ocasiones.

Como finalista en Sudáfrica, Holanda también parte en el grupo de cabeza, pero tanto tulipanes como teutones tendrán que estar al máximo nivel desde el principio, pues ambas conforman el grupo de la muerte, junto a Portugal y Dinamarca. La principal rémora de los dirigidos por Van Marwijk es su desequilibrio sobre el campo, manifestado en un potente juego ofensivo de la mano de Sneijder y Van Persie, al que hay que contraponer su tradicional debilidad defensiva.

Francia es la tapada de este Europeo. Por si el trío de favoritos no está a la altura de lo que se les presupone, los blues confían en estar bien ubicados para acechar un título que ya han conseguido en dos ediciones y, de paso, hacer olvidar la lamentable imagen que ofrecieron en el pasado Mundial. Ribéry y Benzema están llamados a liderar un bloque de futbolistas con mucho futuro, que defenderá su condición de anfitrión dentro de cuatro años en un torneo que ampliará su participación hasta las 24 selecciones.

Al acecho
Italia, Inglaterra, Portugal o Rusia aguardan en la recámara su oportunidad.

Un escalón por debajo de las favoritas, un pequeño elenco de escuadras aguarda la gloria. Italia e Inglaterra ya saben lo que es saborear las mieles del triunfo -bastante lejanas en el tiempo en el caso de los pros-, pero ambas no pasan por su mejor momento. Sin embargo, de todos es sabido que para los transalpinos, cuanto peor mejor. Los problemas del calcio por el amaño de apuestas no son menores a los que vivía cuando arribó al Mundial de 1982, en el que fueron de menos a más, engullendo a la favorita Brasil, además de Argentina y Alemania en la final del Bernabéu. A un partido, los de Prandelli serán un rival dificilísimo.

Como a Messi, a Cristiano Ronaldo le falta un éxito con su combinado estatal. Para conseguirlo, el ínclito jugador del Real Madrid está obligado a transmitir su gen competitivo al resto de compañeros de la selección lusa. Si superan su complicado grupo será la señal de que van por el buen camino y de que pueden aspirar a todo, aunque la fragilidad mental siempre ha sido su mayor rémora.

La impredecible Rusia completa este póker de posibles sorpresas. Capaces de lo mejor y de lo peor, los rusos se han puesto en manos del trotamundos Dick Advocaat -ha dirigido hasta a cuatro combinados estatales, además de otros tantos clubes-, en la confianza de que continúe la magia holandesa que, desde el banquillo, dejó Guus Hiddink. Deslumbraron hace cuatro años de la mano del emergente Arshavin, pero tanto el rendimiento del futbolista del Arsenal -cedido este año en el Zenit- como el de su país es una incógnita.

Gruppetto
No sería la primera vez en la que en la Eurocopa acaba saltando la sorpresa.

¿Se acuerdan de la Dinamarca de 1992 que tuvo que realizar poco menos que una labor de búsqueda y captura de sus jugadores, casi todos ellos de vacaciones, debido a que fue incluida a última hora en el torneo por la expulsión de la entonces Yugoslavia a causa de la crisis de los Balcanes, y que acabó siendo campeona contra pronóstico? ¿Y de la Grecia de 2004 que, con un sistema ultradefensivo y mucha eficacia en ataque, reeditó otro maracanazo en las mismas narices de los anfitriones portugueses al derrotarles por la mínima en la final?

A diferencia de los Mundiales, la Eurocopa es un torneo bastante más abierto y proclive a las sorpresas, que se dan de vez en cuando y quién sabe si no se podría repetir en esta edición de 2012. A fin de cuentas, la clave para sorprender a los contrarios está en ir de menos a más -tanto Dinamarca como Grecia quedaron segundos en los grupos de la primera fase de los torneos que posteriormente ganaron- y hacer gala del suficiente temple, sin olvidarse de cierta dosis de fortuna, para dejarles en la cuneta durante las decisivas eliminatorias.

Combinados como la República Checa -siempre ha firmado buenos campeonatos y llegó a ser campeona como Checoslovaquia en 1976-, Croacia -más conocida por su éxito mundialista de 1998 cuando finalizó tercera- o Suecia se darían con un canto en los dientes por seguir la estela de daneses y griegos. Tomas Rosicky, Luka Modric y Zlatan Ibrahimovic tra- tarán de poner su granito de arena para que ese sueño se convierta en realidad.

Organizadores
Polonia y Ucrania aspiran a realizar un papel digno ante sus propios aficionados.

No han sido muchas las ocasiones en las que los anfitriones han acabado alzando el trofeo -solo en tres ediciones-, pero sin duda la condición de organizador añade un acicate competitivo. Con la mayoría de sus inexpertos jugadores militando en la Bundesliga, Polonia -esta será su segunda participación en una Eurocopa- pondrá su destino en manos del delantero Robert Lewandowski, llamado a ser el hombre que vuelva a poner a su país en el candelero futbolístico mundial, como ya hiciesen en su momento Lato o Boniek. El goleador del campeón alemán Borussia Dortmund tendrá sobre sus hombros la complicada responsabilidad de ser el alma máter de una selección cuyos mayores logros fueron el oro olímpico de Münich 1972 y los terceros puestos de los Mundiales de 1974 y 1982.

Con un palmarés bastante más exiguo, Ucrania, que recuperó su independencia en 1991, se estrenará en una Eurocopa con la idea de recuperar el nivel que mostró en el Mundial de Alemania 2006, donde llegó a alcanzar los cuartos de final. Claro que por aquel entonces, la escuadra Zbirna contaba entre sus filas con un Andriy Shevchenko en la cresta de la ola -ese verano fue traspasado del Milan al Chelsea- y ahora, a sus 35 años, ya no es el jugador desequilibrante de antaño. Artem Milevskiy, goleador del Dinamo de Kiev, cogerá el relevo, secundado por la labor de Yarmolenko y Tymoshchuk,

Récord
España podría encadenar su tercer triunfo consecutivo, una marca inédita.

Además de contra rivales cualificados que le tienen muchas ganas -Alemania y Holanda son los últimos en perder finales con la Roja-, los Iniesta, Casillas, Xavi y compañía se medirán a una tradición estadística que no permite que una selección encadene tres triunfos consecutivos en otros tantos torneos importantes. Dos precedentes ponen de manifiesto la dificultad de una empresa que, de materializarla, se consideraría histórica.

La por entonces Checoslovaquia chafó a Alemania en la final de la Eurocopa de 1976. Panenka y una escalofriante ejecución desde los once metros que posteriormente llevaría su nombre derrumbó el dominio germano de los setenta, protagonizado por los históricos Beckenbauer, Muller, Maier o Hoenes, quienes habían conocido la gloria en el Mundial de 1974 organizado en su país ante la emergente Holanda de Cruyff y dos años antes en la Eurocopa celebrada en Bélgica al golear en la final a la URSS (3-0).

Hubo que esperar hasta el final de los noventa y la entrada del nuevo siglo para volver a reeditar una situación similar. En esta ocasión, la protagonista fue la Francia liderada por Zinedine Zidane, que ya había apuntado maneras en los ochenta de la mano de Platini. Los bleus aprovecharon su condición de anfitriones en 1998 para hacerse con el trofeo que representa al planeta Tierra, firmando un torneo inmaculado y derrocando a la sempiterna Brasil, que había ganado la edición anterior y vencería en la siguiente.

El éxito galo no sería flor de un día. Al bloque ganador se incorporaría savia joven de mucha calidad -Henry, Vieira y Blanc, actual seleccionador- para repetir mieles y laureles en la Eurocopa con la que se inauguraba el nuevo milenio y la organización a medias entre dos estados, haciendo Bélgica y Holanda de conejillos de indias.

Sin embargo, la fórmula que tan buenos resultados había dado a Aime Jacquet, primero, y Roger Lemerre, después, fracasó estrepitosamente, también de la mano de este último, en el Mundial 2002 de Corea y Japón, donde Francia fue incapaz de pasar la fase de grupos tras perder contra Senegal y Dinamarca, y no pasar del empate frente a Uruguay, también eliminada.

Estilo
Está por ver si la Eurocopa 2012 deja alguna nueva tendencia futbolística.

Casi todos los equipos quieren jugar como el Barcelona. El característico estilo impuesto por el ya extécnico culé Pep Guardiola no solo ha marcado tendencia en las competiciones por clubes, sino que también tuvo su reflejo en el Mundial de Sudáfrica, donde Del Bosque lo hizo suyo, entre otras cosas porque los principales motores del juego del combinado español son azulgranas. Esa forma de desenvolverse por el campo, con mucho dominio y presión sobre el contrario, es el espejo en el que mirarse.

Incluso combinados estatales tradicionalmente más rocosos en su juego, caso de Alemania e Italia, están por la labor de dar más protagonismo a futbolistas creativos y que cuiden el trato del balón. Si el estilo culé prima en este campeonato, el espectáculo y los goles están garantizados para disfrute del aficionado.

Polémica
Racismo, prostitución y retraso en las obras, algunos de los posibles problemas.

Esta edición de la Eurocopa no parece que vaya a estar exenta de problemas y la polémica ya se ha desatado durante las semanas previas respecto a varias cuestiones que hacen peligrar la buena imagen de los organizadores. Para empezar, los posibles episodios de racismo que se pueden dar. Lejos de aminorar la tensión, algunos futbolistas, como Balotelli, han sido contundentes, al asegurar que matará a quien le dirija insultos racistas.

Por otro lado, el colectivo Femen ya ha realizado un buen número de acciones para denunciar el previsible aumento de la prostitución durante la celebración del evento futbolístico, e incluso han acusado a la UEFA de solicitar al gobierno ucraniano que la legalizara entre el 8 de junio y el 1 de julio. Si ello ya no es suficiente, el que algunos estadios e infraestructuras vayan a llegar a la cita con sus obras todavía sin concluir es otro de los puntos negros para los países anfitriones.

Ausencias
Sin duda, Inglaterra es la más castigada por las bajas de hombres importantes.

Aunque será una Eurocopa con los principales actores del panorama futbolístico del viejo continente -solo se podría echar en falta a Turquía, Suiza, Rumania o Serbia-, la realidad es que excusarán su presencia un buen ramillete de jugadores importantes para sus respectivos combinados. Sin duda, la más afectada será Inglaterra. La dura exigencia de la Premier se ha dejado notar en las lesiones de última hora de Lampard, Wilshere, Barry, Parker y Cahill.

No es la única. También es posible que España eche en falta a un líder de vestuario como Puyol o a un goleador de la talla de Villa. Lo mismo le ocurre a Croacia, que ha perdido a su referencia en ataque, Bilic. Además, otros jugadores no estarán presentes por decisiones de sus técnicos, como el francés Gourcuff, el inglés Ferdinand o el italiano Criscito, acusado de amañar apuestas.

sin títulos

El seleccionador que gane la Eurocopa estrenará su palmarés en este torneo, dado que ninguno de los 16 técnicos lo ha conseguido ejerciendo como tal. El único que lo ha hecho como futbolista es el actual míster francés, Laurent Blanc.

Thuram y van der sar

Liliam Thuram y Edwin Van der Sar son los dos futbolistas que lideran el ránking de más partidos disputados en una fase final del torneo europeo. Ambos acumulan 16, seguidos por Luis Figo, Nuno Gomes y Karel Poborsky, todos ellos con 14.

platini, goleador

El actual presidente de la UEFA, Michel Platini, ostenta el honor de ser el máximo goleador de la historia en las fases finales de la Eurocopa, con nueve tantos. Dos más que el delantero inglés Alan Shearer y tres por delante de Thierry Henry.

última con 16

Esta edición de la Eurocopa será la última en la que tomarán parte 16 selecciones. Dentro de cuatro años, Francia acogerá un campeonato con un total de 24 equipos, seis más que ahora.

Estreno de Lewandowski y una Rusia muy ofensiva

La excesiva dependencia de los tres jugadores del Borussia Dortmund -especialmente Lewandowski- y la presión por ser anfitriones son los dos aspectos que deberá superar Polonia en su estreno en el campeonato -Nacional de Varsovia, 18.00- frente a Grecia.

Bastante más experimentados, los helenos volverán a basar su juego en la férrea defensa, a sabiendas que mantener la puerta a cero es condición obligada para sumar, dado que no disponen de mucho talento en ataque.

En el otro duelo del grupo D, la República Checa tratará de sorprender a la favorita Rusia -Municipal de Breslavia, 20.45- para lo que necesitará del concurso de su estrella Tomas Rosicky, recuperado ya de unos problemas en el músculo peroneo, y secundado en la medular por el exrojillo Plasil.

Por su parte, los de Advocaat prefieren quitarse presión y conservarán su ofensivo 4-3-3 para comenzar con buen pie el campeonato. El exsevillista Kerzhakov y el guardameta Malafeev apuntan a titulares, con Arshavin como timonel venido a menos. N.M.

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