Hollande asegura que no permitirá los 8.000 despidos en Peugeot
El presidente francés, François Hollande, calificó ayer de «inaceptable» el plan presentado por PSA Peugeot-Citroën que incluye el despido de 8.000 trabajadores. Aunque reconoció que el Estado no puede prohibir el cierre de la planta parisina de Aulnay, dijo que «no lo va a permitir» y que «tiene que ser renegociado». Llegó a acusar a la dirección del grupo de hacer ahora el anuncio para no perjudicar al presidente saliente, Nicolas Sarkozy.
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En una entrevista concedida después de presidir su primer desfile militar del 14 de julio con motivo de la celebración de la «Fiesta Nacional» francesa, Hollande se refirió a diversas cuestiones económicas y, en concreto, al anuncio de 8.000 despidos efectuado el jueves por el Grupo PSA (Peugeot-Citroën). Señaló que dicho plan, tal y como está presentado, es «inaceptable» y que el Estado francés «no lo va a permitir».
A su juicio, tiene que ser «renegociado», con el fin de que no haya despidos forzosos, según argumentó Hollande, quien defendió el plan para apoyar a la industria automovilística que presentará el 25 de julio.
El Estado puede intervenir con la «formación profesional», y «los créditos que podemos aportar», explicó. Igualmente, el plan del Ejecutivo incluye medidas de apoyo para la comercialización de vehículos fabricados en las plantas francesas. «Especialización, acuerdos y plan estratégico para el automóvil», defendió Hollande como fases para la aplicación del plan gubernamental.
El fabricante de coches francés anunció que en 2014 cerrará la planta de Aulnay, en las afueras de París, donde trabajan unos 3.000 empleados, y que reestructurará la de Rennes, donde se plantea la salida de 1.400 de sus 5.600 empleados. Los otros 3.600 puestos se repartirán en el conjunto de sus fábricas en el estado.
Hollande reconoció que el Estado no puede prohibir el cierre de Aulnay, pero «podemos hacer que siga siendo una zona industrial, de la misma manera que debe haber garantías sobre la sostenibilidad de Rennes».
Criticó también la falta de transparencia de la dirección del grupo automovilístico, ya que, según recordó, no hace mucho tiempo había negado que tuviera intención de aplicar semejantes recortes de plantilla y vinculó el anuncio ahora, después de las elecciones, con una opción de no perjudicar los intereses electorales del presidente saliente. «Creo que ha habido una mentira», zanjó Hollande
Un esfuerzo «justo»
La entrevista de Hollande estuvo marcada asimismo por una insistencia especial en que la lucha contra el desempleo será prioritaria durante sus cinco años de mandato, aunque agregó que el Estado francés tiene que aplicarse al mismo tiempo en recuperar la competitividad.
«Hay que hacer un esfuerzo y tiene que ser justo», explicó Hollande, quien destacó que el déficit comercial del Estado alcanza los 70.000 millones de euros, por lo que instó a recuperar la capacidad del país para competir con otros.
El presidente aludió a la herencia recibida del anterior gobierno conservador bajo la presidencia de Nicolas Sarkozy y destacó que la deuda pública alcanza al 90% de su riqueza, un nivel inaceptable y que obligará a recortes de gastos, aunque evitó en todo momento pronunciar la palabra «rigor» o referirse a una política de austeridad.
Las dos plantas automovilísticas radicadas en suelo vasco, Volkswagen y Mercedes, han anunciado que pararán la producción cinco días cada una este próximo verano ante la caída de las ventas y el aumento del stock de vehículos.
Volkswagen-Landaben cerrará sus instalaciones del día 20 al 24 de agosto, justo después de las vacaciones, debido a una rebaja del programa de producción de 291.000 a 285.350 unidades del modelo Polo.
UGT, sindicato que ha firmado el calendario propuesto por la empresa, admite la perplejidad que causa entre los trabajadores el hecho de que se haya pasado de necesitar trabajar el 5 de julio a cerrar una semana con cargo a la «bolsa» en el mes siguiente.
Aun así, considera que es necesario adoptar esta medida ahora, ya que, para cada día del mes de agosto «hay un déficit aproximado de 200 clientes sobre los 1.400 coches que se fabrican» y además «la tendencia negativa continúa, según las previsiones».
Entretanto, la planta de fabricación de furgonetas Mercedes en Gasteiz cerrará otros cinco días, después de que la dirección y los sindicatos UGT, CCOO, Ekintza y USO acordasen el pasado martes la variación del programa de producción para lo que resta de año ante el descenso de las ventas. Dicho programa comenzará en setiembre, con la suspensión de la cadena de fabricación durante cinco días, con el fin de reducir la producción en 1.900 unidades, lo que motivará la aplicación de un ERE de suspensión.
El resto de sindicatos con representación en la empresa han criticado estos cambios. GARA
