El Parlamento belga aprueba un histórico acuerdo para cerrar la disputa sobre BHV
La Cámara de Diputados belga dio luz verde al acuerdo histórico logrado entre partidos flamencos y francófonos sobre la separación el distrito judicial de Bruselas-Halle-Vilvoorde (BHV), que resultó fundamental para lograr formar un Gobierno tras un año y medio de bloqueo político.
GARA |
El Parlamento belga puso fin el viernes a 50 años de fricciones entre francófonos y flamencos en el distrito de Bruselas-Halle-Vilvoorde, en la periferia de Bruselas, al aprobar un histórico acuerdo que establece su escisión en dos circunscripciones: la mayoritariamente francófona Bruselas, por un lado, y la mayoritariamente flamenca Halle. Vilvoorde, por otro.
La Cámara baja del Parlamento respaldó el acuerdo con 106 votos a favor y 42 en contra, después de que la víspera lo hiciera el Senado.
El acuerdo, que se cerró a finales de noviembre del año pasado, pretende ser la solución a medio siglo de enfrentamientos entre francófonos y flamencos en este distrito enclavado en la región de Flandes, pero con gran cantidad de población francófona por su proximidad con la capital, la única región bilingüe de todo el país.
El Senado belga ya dio ayer su visto bueno a esta propuesta, que incluye la escisión del distrito electoral y judicial con compensaciones para los habitantes francófonos, que podrán ser atendidos ante la Justicia en su idioma. Además, los francófonos que vivan en esa zona flamenca ya no podrán votar por listas electorales bruselenses, como hasta ahora, excepto en las seis comunas o distritos llamados «de facilidades», que son los que cuentan con mayor cantidad de francófonos y cuyos habitantes podrán seguir eligiendo entre votar por listas flamencas o bruselenses.
El acuerdo sobre BHV fue el primero que cerraron los partidos de la mayoría dentro de una serie para completar la reforma del Estado, una tarea que los responsables políticos consideraron esencial concluir antes de avanzar en la negociación de un nuevo Ejecutivo tras las elecciones de junio de 2010.
La Cámara deberá ir votando el resto de medidas que conforman la sexta reforma del Estado, que incluye la transferencia de más competencias a las comunidades lingüísticas y su financiación, y aprobarla en su totalidad antes del fin de la legislatura.