Udate
Los grupos pequeños ganan por la tarde
La tercera jornada del Bilbao BBK Live comienza de la manera más tranquila: calma en el cielo tras una noche con lluvia y viento, una mañana desangelada y menor ánimo en los aficionados que en los días precedentes. De hecho, en los portones de entrada al recinto no se acumula cola alguna. Quizá las primeras horas de la tarde presagien que va a ser la jornada del batacazo o, simplemente, que la gente está cansada y prefiere esperar a que lleguen los pesos pesados de la tarde/noche. En cualquier caso, lo que deba de ser lo escribirá el tiempo poco a poco.
En las campas de Kobetamendi todo está limpio, algo que podría parecer imposible si uno ve cómo queda todo el recinto y entorno de botellas y basura diversa cada noche. Si hubiese un planeta llamado chatarra, sería Kobetas de tarde/noche y madrugada. Aún más si se rozan cifras tan estimulantes como aproximarse a las 40.000 personas, algo que sucedió el viernes con la fecha de Radiohead.
A pesar del trote recibido y que del color verde del suelo de los escenarios se ha pasado a la hierba seca y maltratada, la lluvia no ha creado barrillo y todo está en condiciones para revivir una buena jornada, por mucho que el viento del norte toque los cataplines a más de uno y una.
En el escenario grande se han instalado unos vaqueros: C0rizonas, la inesperada cohabitación de Arizona Baby y Los Coronas. A ambas formaciones se les ha visto en numerosas ocasiones por Euskal Herria e incluso ya con la fusión; sin embargo, y siempre que el sonido rockero de raíz entre en el rango del oyente, resulta difícil que agoten. Ayer en Kobetamendi las cosas no fueron diferentes, Corizonas agarraron al público por los pelos y no les soltaron hasta el final del concierto. Espléndidos.
Verano, sábado, de festival y no más de veinte grados de temperatura bajo un gris deprimente, no forman un conjunto lógico. No obstante, hay propuestas que cortan el frío y el malestar con mayor rapidez que el orujo y esos son (o fueron) el Inspector Cluzo & FB's Horn, dúo formado en 2008 por Laurent Lacrouts y Mathieu Jourdain, guitarra y voz y batería. Pero para esta ocasión especial el dúo ha reforzado la banda con dos metales. Hasta el momento han escrito tres álbumes y con ellos alimentaron de tensión, vigor y sudor a un millar de peregrinos que se desgajaron del concierto de Eli «Papaerboy» Reed. Y acertaron. Laurent Lacrouts y Mathieu Jourdain proponen una mezcla que va desde Motorhead a AC/DC, desde Pearl Jam a Rage Against The Machine o Curtis Mayfield. Todo ello combinado con mala leche, humor, insultos contra el sistema y el claro mensaje de que Aquitania y «The Basque Country son hermanos», en palabras de su epiléctico y sugerente guitarrista. Tocan sin bajo y nadie lo echa en falta. De hecho su página oficial se llama www.fuckthebassplayer.com. El resumen es entusiasta, como ya ocurriera en una pasada actuación en Azkena Rock.
Un poco antes (19.10), en el Escenario 2, uno de los principales, había comenzado su show Eli «Paperboy» Reed, que inclinó la campa a su favor. El tipo es bueno, posee una voz privilegiada para el soul y toca bien la guitarra. También lo había demostrado en Azkena tiempo atrás. Pero representa el lado bondadoso del soul. Lo correcto. Tanto es así que vestía una elegante camisa blanca, un pantalón azul claro y corbata. Nadie le puede restar méritos ni valores colaterales a su propuesta soulera, pero una vez que se ha visto a el Inspec tor Cluzo, las escalas de valores comienzan a temblar. Es el juego del bien y del mal. De lo medido y la exclusión voluntaria. En todo caso, de Aquitania o de Boston, dos propuestas muy significativas para este BBBK Live. De Eli «Paperboy» Reed se cuenta que se aficionó a la música negra escuchando los discos de su padre. Aprendió autodidácticamente a tocar el piano, la armónica y la guitarra. Fundó una banda llamada the True Loves con la que cosechó críticas muy positivas tanto por parte de la crítica como del público. En 2009 fue nominado a los premios de la revista Mojo por artista revelación del año.
Por la carpa Vodafone nos ha dado tiempo a meter un poco la nariz en Rubick, como la tenemos un poco larga, ha sido suficiente para comprobar que los valencianos Rubick sonaban bien, aunque con ese cierto tufillo que emiten las bandas que pueden salir en el canal televisivo MTV.
Por contra, y una vez más, en el escenario 3, al que ya se le puede considerar el rockero, el alternativo, el necesario, vimos a PS I Love You, un proyecto a dúo canadiense de noise pop que se hizo conocido gracias a «Meet Me at the Muster Station», con el que se ganaron la etiqueta de Mejor Nueva Música, Best según la afamada y referencial web Pitchfork. Ahora acaban de editar «Death Dreams». PS I Love You castigan a sus debotos con crispación guitarrera, acordes malditos y mala intención. Guitarra y batería rendidas ante el rock sucio y personal. Otra entusiasmante sorpresa. Curioso, su guitarrista estaba entre las primeras filas viendo a Eli «Paperboy» Reed.
El Escenario 1, después de la actuación de Corizonas, toma un rumbo de cierto empalago adornado por un buen sonido y una propuesta densa, eficaz para la mayoría, pero muerta en sentimiento. Los escoceses The View salieron a escena a las 20.00. A los pocos minutos su mensaje se quedaba colgado de la espesura celestial para no volver a bajar. Ni siquiera la camiseta del Athletic de uno de sus componentes pudo arreglar una propuesta tan perfecta como sosa y deslavada. Por contra, en el Escenario 3 Pure Love, de negro y con malas intenciones, arrastraban sus acordes de rock ennegrecido, pecaminosos.
No mejoraron mucho las cosas con Glasvegas, esta vez en el Escenario 2. Otra banda de multinacional y otra formación británica más al cartel. Con todo, la banda de Glasgow ofreció un show más compacto y envolvente que The View. Queda noche y fresco por aguntar. Quizá salga el sol con Garbage.