Una semana después de que la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional española concediera la libertad condicional al expreso arrasatearra Iosu Uribetxebarria con cuatro votos a favor y uno en contra, ayer se hizo público el auto con los motivos de la decisión. El documento consta de cuarenta y dos páginas, de las cuales veinticuatro corresponden al voto particular que emitió el magistrado Nicolás Póveda Peñas.

El auto dedica buena parte a defender y razonar la visita que el juez de Vigilancia Penitenciaria, José Luis de Castro, realizó al Hospital Donostia el pasado 28 de agosto para reunirse con el propio Uribetxebarria y con los oncólogos que lo tratan. Sobre esta actuación, el auto destaca que «salta a la vista» la importancia de la visita, al señalar que «toda actividad judicial debe tratar de desarrollar al máximo los principios rectores del proceso debido».

La visita se realizó sin avisar previamente a la Fiscalía, y este fue uno de los argumentos que desarrolló el fiscal en el recurso que interpuso a la libertad condicional. Precisamente, el auto sostiene que, si bien «la omisión de la notificación no está justificada», se procedió de tal manera «por la urgencia de la decisión» y matiza que «incluso aceptando como proceder irregular la imposibilidad del fiscal de intervenir en la visita (...), no ha causado indefensión efectiva o material alguna» .

En este apartado también se menciona a la forense de la Audiencia Nacional Carmen Baena, quien en su informe médico insistió en minimizar la gravedad del estado de salud del expreso. Los magistrados recuerdan que «nada impidió a la señora médico forense contactar con los oncólogos que trataban al paciente y explorar al condenado».

«Muy grave e incurable»

A pesar de que parte del debate se focalizó en si la enfermedad que padece Uribetxebarria es o no terminal, lo cierto es que el Código Penal no habla en esos términos.

A este punto también se refiere el auto, al indicar que «la libertad condicional se debe anticipar por razones humanitarias en el caso de personas de avanzada edad y de enfermos muy graves con padecimientos incurables», siendo este último el caso del de Arrasate, que padece cáncer con metástasis en cerebro y pulmón.

Los cuatro magistrados que votaron a favor de la excarcelación resaltan que «todos los informes coinciden en que el padecimiento es muy grave e incurable», y recuerdan al fiscal que este punto no lo discutió en su recurso, a pesar de que tuvo ocasión para hacerlo.

Respecto al hecho de que el fiscal diera más valor al informe forense de Baena, los jueces indican que el equipo médico que atiende a Iosu Uribetxebarria «no son cualquier médico público o privado, como sugiere el recurrente», sino «facultativos del Sistema Nacional de Salud, incardinados en un Hospital Universitario, que se encargan de la asistencia especializada penitenciaria en virtud de convenios entre administraciones públicas», por lo que «no cabe sospecha alguna sobre su cualificación profesional, conocimiento y probidad».

En un último apartado, el auto tacha el recurso del fiscal de «contradictorio e incompatible» porque anteriormente no recurrió el tercer grado, un paso que entienden previo a iniciar el expediente de libertad condicional, que en cambio si recurrió.

En su auto, los magistrados también recuerdan que la libertad condicional «no significa la liberación del condenado ni la extinción de su responsabilidad penal» y que es una situación penitenciaria «reversible».