Mikel INSAUSTI Crítico cinematográfico
Operación: Guerreros del desierto
Al igual que otros tantos miles de internautas, he visto en YouTube la versión resumida de «The Innocence of Muslims», sin acertar a entender nada sobre sus intenciones o intereses ocultos.
La guerra mediática es el nuevo arma de destrucción masiva en manos del capital, mientras los usuarios de Internet creen ingenuamente estar utilizando un medio libre y seguro. Al igual que otros tantos millones de internautas he visto en YouTube la versión resumida de «The Innocence of Muslims», sin acertar a entender nada sobre sus intenciones o los intereses ocultos a los que responde tan burda realización.
La confusión al respecto es total, con foreros que hacen risas por la mala edición del subproducto, con sus cromas del desierto y las barbas postizas de los intérpretes anglos haciendo de musulmanes; mientras los noticieros muestran imágenes de destrucción y tumultos en el mundo árabe como respuesta a una provocación de origen a todas luces conspirativo.
Al principio se hablaba de un misterioso productor oculto bajo el seudónimo de Sam Bacile, escrito con «b» aunque debería llevar la «v». Posteriores investigaciones apuntan a que el verdadero nombre sería Basseley, tratándose un copto, y no de un judío como pretendía hacer creer. Por lo tanto, la posible financiación sionista de bajo presupuesto queda en entredicho.
Las entrevistas con miembros del reparto, los cuales declaran haber sido engañados, ya que se les pasó el guión de una película titulada «Guerreros del desierto», apuntan hacia Alan Roberts como realizador. En su cochambrosa nómina figuran películas de porno suave y de acción barata. Ni él ni nadie se van a hacer responsables de «La inocencia de los musulmanes» y la ola de pánico desatada.