Alvaro Reizabal Abogado
Aprendan a leer
Hay malos entrenadores que no saben leer los partidos y, claro, pierden. Algo así les está pasando a muchos políticos españoles a la hora de interpretar el significado de la manifestación independentista de la Diada de CatalunyaTengo la seguridad de que en alguna ocasión habrán tenido que oír las chanzas de algún funcionario español a cuenta de los apellidos vascos. Era especialmente hiriente en la mili, pues el «gracioso» de turno se reía a gritos esperando a que su carcajada de ignorante fuera celebrada por la parroquia. Peor aun en la cárcel. Recuerdo que en la de Badajoz había uno encargado de ir leyendo en voz alta los nombres del personal recluso. El fulano en cuestión tenía la costumbre de combatir el frío en invierno y la sed en verano con una generosa ingesta de espirituosos, de manera que su entorpecida lengua le impedía hablar con la necesaria fluidez. Cada vez que tenía que leer mi segundo apellido -Arruabarrena-, soltaba con su lengua de trapo: Aaaaaena, riéndose a mandíbula batiente y gritando que los apellidos vascos son impronunciables. Quienes dicen esto son los mismos que luego pronuncian con fluidez el nombre de un futbolista croata o serbio que contenga doce consonantes sin el menor problema, aunque la pronunciación en esas lenguas sea muy diferente. Además su argumento es falso, porque la pronunciación de las letras en castellano y en euskera es sustancialmente igual, así que en el fondo lo que les ocurre es que no saben leer.
Esa ignorancia petulante ha llevado a que el caso de Josu Uribetxebarria se haya convertido en los medios españoles en el «caso Bolinaga» y a que, incluso, algún chistoso haya hecho gracietas llamándole «Bolinga». Deberían aprender a leer en lugar de mofarse del prójimo enfermo.
Hay malos entrenadores que no saben leer los partidos y, claro, pierden. Algo así les está pasando a muchos políticos españoles a la hora de interpretar el significado de la manifestación independentista de la Diada de Catalunya. Rajoy dice que el país no está para esas veleidades, que hay que trabajar más con menos sueldo y todos juntos. Soraya (la del PP), cuando hace de Karanka de Rajoy, repite lo mismo que el jefe. A Soraya (la del PSOE) tampoco le gusta la marea catalana. Urkullu, aparcando. Algún militar de alto rango ya ha salido a la palestra diciendo que la independencia de Catalunya es impensable por la buenas o por las malas, prueba de que en la democracia española pueden defenderse todas las ideas siempre que sea pacíficamente. Y si no les gustan esos pacifismos, pues se saca el Ejército a pasear y se acabó. Y al frente de toda esta troupe emerge el Rey, que con su nueva página web está como niño con zapatos nuevos, hasta el punto de que ya hay quien le llama el Ciberrey. Y en estos tiempos difíciles, llama a la sacrosanta unidad de la patria y a evitar quimeras y disensiones. Hay que remar todos unidos en la misma dirección: ¡Remad galeotes uncidos al duro banco de la nao de la crisis, que él vigilará desde el «Fortuna» la profundidad de la remada! Por último, anima a recuperar valores como el trabajo, el esfuerzo y el sacrificio que, como es sabido, son el cuño característico de la Casa Real.