El Ibex logró cerrar por encima de los 8.000 puntos, pese a la caída de los grandes valores y un nuevo aviso de debilidad económica a nivel mundial, tal como revelaron los índices de actividad manufacturera en China, el Estado francés y el conjunto de la eurozona. Por otro lado, apenas se vio entusiasmo por el nuevo éxito de la subasta del Tesoro, en la que se colocaron cerca de 4.800 millones de euros con rentabilidades inferiores a las emisiones precedentes. Esta caída de los tipos de interés en la financiación del Estado español ha empezado a poner en duda si, finalmente, solicitará el rescate, tal como pide el BCE para poder comprar deuda soberana. El paso atrás del Ibex, que pudo detenerse a última hora sobre los 8.000 puntos, se concretó en una pérdida del 0,95%, hasta los 8.022,10 puntos. Las bajadas de Londres (-0,57%) y París (-0,62%) fueron menores, mientras que Fráncfort (-0,02%) acabó plano. En el Ibex, los más castigados fueron Repsol (-3,59%) y Sacyr (-4,15%), pero fue el sector bancario más decisivo a la hora de fraguar el descenso. BBVA cayó un 2,12%, Bankinter, un 2,79%, Popular, un 2,78%, y Santander, un 1,21%. También Telefónica (-1,89%) e Iberdrola (-1,04%) terminaron en rojo. Entre los ganadores, destacaron las subidas de Acciona (+3,24%), IAG (+2,64%) y Ferrovial (+2,15%). En el CAC, el peor fue Peugeot (-3,29%), en su penúltima sesión antes de abandonar el selectivo del que forma parte desde su creación en 1987. Por detrás, y con descensos superiores al 2%, terminaron Vallourec y Société Générale. Los títulos de Lafagre (+1,44%) lideraron las subidas.