China agita el patriotismo en una estrategia no exenta de riesgos frente a Japón
GARA | BEIJING
Las recientes manifestaciones antijaponesas en China han dejado al descubierto el arriesgado juego de Bejing, que explota la fibra patriótica de la población, pero cierra la tapa tan pronto como la cólera comienza a hervir, según los analistas.
De hecho, después de varios días de manifestaciones, que culminaron el martes con decenas de miles de personas en la calle, las autoridades chinas marcaron el miércoles el final de las protestas.
Pero los analistas advierten de que la ira popular -que se expresó contra la compra por Tokio de las islas reivindicadas por ambos países- podría volverse en contra del Gobierno Chino si se percibe como débil frente a Japón, el histórico rival regional.
«El Gobierno central chino es muy consciente de que el nacionalismo puede ser un arma de doble filo», dijo Joseph Cheng, un experto en China de la City University de Hong Kong.
Así que «después de la primera aparición de fiebre, tratan de calmar las cosas», añadió Cheng.
Por su parte, Japón prentende pedir a China una indemnización por en respuesta a los daños sufridos por sus misiones diplomáticas que han sido blanco de la ira de la población durante las manifestaciones antijaponesas. «Tenemos la intención de solicitar la reparación de daños a nuestra misión diplomática».
Durante varias semanas, los dos países han estado involucrados en manifestaciones sin concesiones en todo el pequeño archipiélago Senkaku (denominación japonesa), reivindicado por Beijing y conocido por los chinos como Diaoyu.
Demanda a Bruselas
Aunque elogió las relaciones de su país con la Unión Europea, el primer ministro chino, We Jiabao, aprovechó la ocasión de la XVª Cumbre UE-China para exigir el levantamiento del embargo de la UE sobre las armas y denunciar toda forma de proteccionismo comercial.
«Francamente, lamento profundamente el embargo de armas continuado», dijo Wen al presidente de la UE, Herman Van Rompuy, y al presidente de la Comisión, José Manuel Barroso. El embargo de venta de armas a Beijing se impuso después de la violenta represión de las manifestaciones prodemocráticas en junio de 1989. Pero los europeos están divididos en su opinión y no se esperan avances en este tema. «Estamos de acuerdo en no estar de acuerdo», dijo el miércoles un diplomático europeo.
El primer ministro chino también lamentó que China todavía no ha recibido el reconocimiento del estatuto de economía de mercado que ha buscado por mucho tiempo.