Cruces presenta su primera operación fetal en una embarazada de gemelos
El Hospital de Cruces presentó ayer la primera operación de la unidad de terapia fetal, realizada a una mujer embarazada de gemelos para corregir un síndrome de transfusión, que se da cada 2.500 casos. Los bebés están sanos y no requerirán ningún seguimiento especial.GARA | BILBO
La nueva unidad de terapia fetal del Hospital de Cruces llevó a cabo hace unos meses la primera intervención fetal a una gestante de dieciséis semanas embarazada de gemelos para corregir una complicación letal mediante la introducción de una cámara y una fibra de láser en la cavidad amniótica.
El equipo médico y los padres, Elena Martínez y Jon Larrinaga, que estuvieron acompañados por los gemelos Mikel y Jakes -nacidos el 31 de julio-, presentaron ayer esta intervención. Según explicó la doctora Nerea Maiz, que realizó la operación, a la paciente se le detectó un síndrome de transfusión feto-fetal, una complicación que ocurre de forma exclusiva en gemelos monocoriales, donde al compartir placenta también suele haber un intercambio de sangre.
En un 15% de estos embarazos se produce un desequilibrio en este intercambio, de forma que «hay un feto que dona toda la sangre, prácticamente se desangra, y el otro acumula mucha sangre, lo cual hace que su corazón tenga muchas dificultades».
Señaló que si no se hace nada, hay un riesgo de mortalidad «prácticamente del cien por cien, sobre todo cuando ocurre en un estadio tan precoz» y destacó que la intervención, una fetoscopia, se prolongó durante alrededor de una hora.
Intervención poco invasiva
La fetoscopia, que por ahora se realiza en Madrid, Barcelona, Bizkaia y Andalucía, es una intervención «mínimamente invasiva» que consiste en introducir una pequeña cámara dentro de la cavidad amniótica y con una fibra de láser quemar las comunicaciones entre los vasos sanguíneos de ambos bebés.
La madre de los dos bebés, que nacieron a las 37 semanas «con buen peso», dijo que cuando acudió a aquella revisión en la que le comunicaron el problema vio que era «un problema gigante» mientras que la posible solución le parecía «ciencia ficción».
Por su parte, el padre, Jon Larrinaga, resaltó el apoyo de todo el equipo médico porque ha sido «una ilusión contenida» de «un embarazo que sabes que va muy bien», pero «no puedes ilusionarte y hasta el final no sabíamos que iba a salir bien».
En palabras de la doctora Maiz, los pequeños Mikel y Jakes no necesitarán ningún seguimiento especial.