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La Policía israelí lanza granadas aturdidoras frente a la mezquita de Al Aqsa

GARA | JERUSALÉN

La Policía israelí irrumpió ayer en la mezquita de Al-Aqsa, en Jerusalén Este y lanzó granadas de sonido y balas de plástico contra manifestantes palestinos y, como consecuencia, hirió a cinco personas, entre ellas dos fotógrafos, y detuvo a varias otras. La Policía israelí solo reconoció un herido.

Los palestinos se manifestaron, tras el rezo colectivo del viernes, para mostrar su oposición a la entrada de judíos a ese lugar. La situación se ha agravado en esta zona después de que extremistas israelíes intentaran rezar en la Explanada de las Mezquitas de la Ciudad Vieja de Jerusalén a pesar de las órdenes que solo permiten oraciones y servicios islámicos.

La última intervención policial tuvo lugar por la celebración del «Sucot», la fiesta judía de los Tabernáculos, que dura siete días, entre la noche del pasado domingo y el próximo lunes. El jueves la Policía cerró el acceso a la Explanada a los visitantes judíos después que de fieles musulmanes atacasen con piedras a judíos que estaban rezando en el lugar.

La explanada fue escenario de violentos disturbios tras una visita del entonces líder de la oposición israelí Ariel Sharon en setiembre de 2000 al inicio de la llamada 'Segunda Intifada'.

La explanada está situada en el sector oriental de Jerusalén, ocupado por Israel desde 1967, en el que los palestinos quieren hacer la capital del Estado al que aspiran. Se trata de un lugar sagrado tanto para el islam como para el judaísmo, lo que aumenta las tensiones que provoca la ocupación israelí.

El jefe negociador palestino, Saeb Erekat, condenó ayer la carga de la Policía y advirtió de las graves consecuencias que pueden tener lo que calificó de «repetidos ataques contra lugares sagrados islámicos y cristianos».

Erekat criticó el «violento ataque contra fieles desarmados en los patios de Al Aqsa, en la Jerusalén ocupada por Israel». A su entender se trata de «un nuevo ejemplo del terrorismo y el racismo de la ocupación israelí» y de «la política hostil de la ocupación israelí y su intención de aterrorizar al pueblo palestino».

Muerto en una mezquita

Por otro lado, un responsable de la comunidad musulmana de la localidad de Ramle, de ochenta años de edad, fue encontrado muerto en el interior de la mezquita de la ciudad, al sur de Tel Aviv.

Una fuente policial israelí indicó que el cuerpo presentaba señales de violencia.

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