La asociación Salhaketa denunció ayer que el Gobierno de Nafarroa, la Mancomunidad de Iruñerria e Instituciones Penitenciarias se están lanzando la pelota unos a otros para no instalar una parada de autobús urbano en el nuevo centro penitenciario de Iruñea.

Libertad Francés, portavoz de la asociación, recordó que la carencia de este servicio afecta a todos los presos que pueden salir unas horas del centro, a familiares, abogados, etc. Francés recalcó que la parada más cercana está a media hora a pie y que, para acceder al centro desde ella a la cárcel, es necesario atravesar carreteras y pasos no señalizados para peatones.

Salhaketa ve imprescindible que un autobús llegue al centro, puesto que hay personas que tienen derecho a salir (tercer grado, permisos y régimen abierto) y que pueden perder esos privilegios si no llegan a su hora. De otra parte, también está el problema de los familiares, amigos y abogados que quieren visitar a los presos.

Salhaketa lleva reivindicando la parada de autobús desde enero pasado. Ha tocado la puerta del Gobierno, que puso como requisito un plan de viabilidad. Después, Salhaketa acudió a la Mancomunidad y esta emplazó a Instituciones Penitenciarias a asumir los costes a medias, sin obtener respuesta.

Francés criticó que se someta a criterios económicos la parada cuando se trata del acceso a un centro público al que «se va por obligación». Doce asociaciones han respaldado ya la demanda de Salhaketa y se han recogido firmas de más de mil personas. Por otro lado, Salhaketa denunció que hay menos actividades en la cárcel nueva que en la vieja y recordó que, a día de hoy, hay unos 300 presos, pero que su capacidad es de 1.200 personas.