¿Vivimos en una simulación generada por ordenador?
Un equipo liderado por el físico nuclear de la Universidad de Bonn Silas Beane asegura que hay una forma de determinar, bajo ciertos escenarios, si estamos viviendo en una simulación por ordenador. Algo muy similar expusieron los hermanos Wachowzky.
Koldo LANDALUZE | DONOSTIA
En el mundo físico, las distancias pueden ser infinitesimalmente pequeñas; sin embargo, en el mundo de los computadores los objetos necesitan tener un limitado conjunto de valores. Por lo tanto, el problema en todas las simulaciones es que, para aparentar la continuidad de las leyes de la física, éstas se deben superponer en un entramado tridimensional que avanza en etapas de tiempo.
En resumen, lo que Beane y su equipo pretenden es idear una prueba que según ellos podría comprobar si en realidad, al igual que ocurría en la trilogía Mátrix, podríamos estar viviendo en un universo generado por un ordenador.
Este equipo científico sostiene que dicha supuesta civilización artificial tendría que haber fijado reglas del juego según las cuales el mundo creado debería evolucionar. Tomando este concepto como punto de partida, una simulación del universo, sin importar su complejidad, tendría limitaciones que lo revelarían. Todo lo que habría que hacer para identificar cuáles son estas limitaciones sería construir una simulación del universo, que es lo que el equipo liderado por Beane está tratando de hacer en una escala increíblemente minúscula y tomando como referencia el llamado límite o punto de Greisen-Zatsepin-Kuzmin (GZK).
La existencia del límite de GZK fue puesta de manifiesto por primera vez por Kenneth Greisen y por Georgiy Zatsepin y Vadim Kuzmin. El objetivo de gran parte de la física de rayos cósmicos de ultra-alta energía durante los últimos cuarenta años fue encontrar este límite o refutarlo y, tal y como sentenció el físico Pierre Sokolsky, decano del colegio de ciencias de la Universidad de Utah: «Por primera vez en cuarenta años, esta cuestión fue contestada: existe un límite». Platón -otro de los referentes de la trilogía «Matrix»- ya intentó con su alegoría de la caverna describir lo ilusorio de la existencia y sugirió que la única manera de llegar a una comprensión de la vida real era estudiando a fondo las matemáticas y la geometría, para lograr entender la verdadera naturaleza del mundo.