Belén MARTÍNEZ Analista social
Deuda
Miles de personas indignadas ocupan las calles de numerosas ciudades del planeta. Es la jornada «Global Noise» (cacerolazo global) contra la deuda ilegítima y la especulación financiera. Un clamor contra el FMI y el Banco Mundial. La reivindicación del no pago de la deuda que no hemos generado nosotras, como en la sátira social de Dario Fo «Sotto paga! Non si paga!» (¡Aquí no paga nadie!).
El New Deal adoptado por Merkel y Rajoy nos transforma en seres endeudados de por vida. M. Lazzarato alerta sobre la «fabricación ética de la persona endeudada». Para el sociólogo, el Homo debitor es la nueva figura del Homo economicus. ¿Es el Homo faber una especie en vías de extinción?
Ya no existe el enunciado «derecho a una vivienda digna». Este ha sido remplazado por el derecho a la obtención de un crédito hipotecario o, en el mejor de los casos, a mantenerlo. Las palabras no son inocentes. El discurso neoliberal se impone. Hablamos de «gastos sociales», en vez de «inversiones sociales». Las cotizaciones sociales se han convertido en cargas sociales. EREs en la automoción, plan de incentivos al vehículo eficiente, socialización de las pérdidas, privatización de los beneficios. Renault deja de producir en Francia los H4 y H5, para fabricarlos en Pitesti y en Valladolid, ¿no es eso deslocalización? ¿Por qué obviamos la huella y deuda ecológicas?
La deuda puede ser un ámbito de lucha política por otro mundo posible. Es preciso repensar y replantearnos nuestro modo de vida y de producción y reproducción social, con relaciones no depredadoras y prácticas menos destructivas y más respetuosas con nuestro patrimonio común físico, cultural, ecológico...