GARA > Idatzia > Kultura

B. Traven, un enigma literario

«B. Traven, retrato de un anónimo célebre» es el título del cómic firmado por Guy Nadeau «Golo», editado por Sexto Piso y en el que de forma amena y documentada se repasa la existencia de uno de los grandes enigmas literarios del siglo pasado: el de la verdadera personalidad del autor de obras tan significativas como «El tesoro de Sierra Madre» y «La nave de los muertos», ambas editadas por Acantilado.

p046_f01.jpg

Juanma COSTOYA

La única certeza absoluta sobre el autor que se parapeta tras el nombre de B. Traven (hay quien afirma que la B inicial se corresponde con Bruno y otros estudiosos lo niegan) es que su insistencia en preservar el anonimato y su propia tendencia a proporcionar pistas falsas y hasta fabulosas sobre su pasado han convertido su personalidad en una ficción tan interesante y seguida como, al menos, sus propias obras literarias. Por supuesto no hay acuerdo sobre el año y lugar de su nacimiento aunque después de barajarse un par de continentes, media docena de lugares y años distintos, desde Chicago 1890 o San Francisco 1882, parece que el lugar y la fecha más probable de su venida al mundo sea el 23 de febrero de 1882 en la Prusia polaca.

Avanzando por un terreno muy poco firme y dado a la especulación se puede afirmar que en esta fecha nació en la localidad de Schwiebus el pequeño Hermann Albert Otto Macksymilian Beige Wienecke. La relación familiar distaba de ser idílica ya que muy joven se desvinculó del hogar familiar. En su juventud trabajó como mecánico y dejó constancia de su interés por el arte dramático protagonizando papeles secundarios en modestos teatros de Dusseldorf y Danzig. El que después firmaría sus obras como B. Traven parece que cultivó desde muy temprano pretensiones literarias y periodísticas. Al parecer, la obra del filósofo anarcoindividualista Max Stirner «El único y su propiedad» (Editorial Valdemar) tuvo una cierta influencia en su pensamiento. En esa temporada colabora activamente con una publicación izquierdista «Der Ziegelsbrenner» (El ladrillero) y con el tiempo se forjó como uno de los líderes intelectuales de la autodenominada República Bávara de Consejos de Obreros, Soldados y Campesinos.

Condenado a muerte

En aquella época era conocido como Ret Marut y se sumergió activamente en el ambiente revolucionario que agitaba Baviera en los meses inmediatamente posteriores a la capitulación germana en la Primera Guerra Mundial. La triunfante Revolución Rusa extendía su ejemplo entre las capas de trabajadores germanos y los nombres de Rosa Luxemburgo y su movimiento de liberación, los espartaquistas, galvanizaban la opinión pública europea.

En esos meses cruciales para el futuro de Alemania se jugó también el destino de B. Traven. El movimiento espartaquista sucumbió víctima de la feroz represión desatada por los freikorps a cuyo mando estaban oficiales y ex combatientes nacionalistas ferozmente resentidos por la capitulación germana. Mientras un desconocido Adolf Hitler comenzaba a despuntar como agitador de cervecería en ciernes, el Gobierno socialdemócrata alemán, desorientado y débil, transigía ante las fuerzas reaccionarias, confiando, erróneamente, en ganar la partida final. En este ambiente de tensión y violencia Rosa Luxemburgo fue asesinada a culatazos y arrojada a un río y el otro líder obrero de referencia, Karl Liebknecht, fue encontrado con un tiro en la nuca. La represión se generalizó abiertamente y es en este ambiente de desaparecidos y ejecuciones sumarias que se pierde la pista de B. Traven.

Uno de sus biógrafos, Karl S. Guthke, autor de «B. Traven, biografía de un misterio», afirma que sobre la persona del futuro escritor pendía una condena a muerte por su participación en los sucesos revolucionarios. Otros estudiosos de su vida y obra afirman que es en estos acontecimientos trágicos en los que hay que enmarcar la obsesión de Traven por el anonimato, obsesión que se prolongó hasta el final de su existencia.

México acoge

A partir de aquí los alias del escritor se multiplican y a cada uno corresponde una vida inventada: Traven Torsvan, Maurice Rethenau, Hal Croves... Solo, sin papeles ni pasaporte, con una condena a muerte a sus espaldas, sin poder regresar a su patria, Traven vagabundeó por los puertos del norte de Europa esperando la oportunidad de embarcarse en un carguero rumbo a América. Aquellos meses de indefinición y angustia, extraño y amenazado en su propio continente, culminaron cuando, al fin, y tras múltiples dificultades logró desembarcar en México. El Nuevo Mundo hizo honor a su nombre y en uno de sus diarios Traven escribió, un 26 de junio de 1924: «El bávaro de Munich, Ret Marut, ha muerto».

Como a tantos otros refugiados de una Europa convulsa, México acogió a Traven, quien pronto comenzó a trabajar como recogedor de algodón primero y, más tarde, en la industria petrolera de Tampico. Al poco se instaló en una cabaña en la selva y allí, envuelto en los sonidos del bosque tropical y rodeado de mosquitos, se entregó a la escritura. Sus traumáticas experiencias como refugiado y posteriormente como marinero de fortuna fueron el primero de sus argumentos y de su combinación nació una novela que pronto alcanzó el éxito: «La nave de los muertos». Su protagonista, Gerard Gales, álter ego de Traven, es un marino del Yorikke, un cascarón corroído por el óxido y la desidia gobernado férreamente por un patrón sin escrúpulo alguno y cuya tripulación está compuesta sin excepción por una amalgama de marginados sociales sin identidad legal y que han de soportar abusos sin fin ante la perenne amenaza de ser deportados. Gales se pregunta en la novela «¿Dónde está mi patria? Allí donde nadie me moleste, donde nadie quiera saber quién soy, lo que hago o de dónde vengo, ésa es mi patria, ésa es mi tierra chica».

Indígenas y obreros

Sus libros reflejan los múltiples oficios que ejerció: marino, perforador de pozos petrolíferos, panadero, camarero... Su estilo era directo y sencillo, impregnado de una gran sensibilidad antropológica, cultural y social. El proletariado mexicano y los indígenas fueron los grandes protagonistas de su escritura, como se certifica en «La Rosa blanca», «Puente en la selva», «La rebelión de los colgados» o «El general Tierra y Libertad». Al margen de su pasado revolucionario, esta orientación intelectual no fue casual. A los pocos años de llegar a México, Traven se matriculó en los cursos de verano de la UNAM (Universidad Nacional de México) donde entre otras disciplinas estudió español, arqueología y folklore mexicanos. Su pasión por el México rural y sencillo no decayó nunca y participó en numerosas expediciones al sur del país y a la selva Lacandona en calidad de fotógrafo y etnógrafo aficionado.

Especulaciones

El temprano éxito de sus novelas, escritas en un alemán lleno de anglicismos, despertó poco a poco la curiosidad de lectores y críticos por conocer la identidad que se escondía tras el nombre de B. Traven. Las indagaciones aumentaron cuando el autor cedió ante las pretensiones de una amiga, Esperanza López Mateos, de traducir sus novelas al castellano. Esperanza era hermana de Adolfo, quien alcanzaría la presidencia de México entre 1958 y 1964 y fue prima del director de cine Gabriel Figueroa. Este hecho despertó pronto diversas especulaciones, entre ellas que era la propia traductora quien se ocultaba bajo la enigmática firma. Durante años Esperanza fue el nexo de unión entre Traven y el mundo exterior. Ella logró que John Huston adaptara al cine una de las novelas de Traven «El tesoro de Sierra Madre». Huston exigió discutir el guión con el propio Traven, pero en el lugar de la cita compareció un tal Hal Croves, quien se presentó como un agente literario autorizado. Con el tiempo y al comparar diversas fotografías, unas viejas y otras tomadas en el rodaje, se llegó a la conclusión que Hal Croves y B. Traven eran la misma persona.

A partir de aquí las especulaciones se dispararon, reforzadas por el suicidio de Esperanza López Mateos en 1951, el mismo año en que México otorgó la ciudadanía al escritor. Se habló de Traven como de un hijo ilegítimo del káiser Guillermo II y también como el heredero de Maurice Retheneau, el fundador de la multinacional AEG. Rizando el rizo se afirmó que B. Traven era en realidad Jack London, quien no habría muerto años antes sino que habría adoptado una nueva identidad con la que sorprender al mundo literario. A pesar de todos estos disparates y de la presión cada vez más creciente que hubo de soportar (una publicación llegó a ofrecer una cuantiosa recompensa por desvelar su identidad) el autor nunca hizo misterio de su vida ante un selecto y cercano círculo íntimo que incluía a los artistas Diego Rivera, Frida Khalo, Alfaro Siqueiros, el cineasta Gabriel Figueroa o la propia Esperanza López Mateos. Todos ellos, al parecer, respetaron su deseo de permanecer al margen del mundo exterior.

En 1957, contrajo matrimonio con su traductora al castellano, la mexicana Rosa Elena Luján, treinta años más joven. La obra de B. Traven ya se había internacionalizado siendo traducida a 23 lenguas. Rodeado de lo más parecido a una familia que había conocido en su vida B. Traven murió el 26 de marzo de 1969. Sus cenizas fueron esparcidas sobre el río Jataté, en plena selva Lacandona, sobre la tierra indígena que en vida había querido tanto.

Ficha

Título: «B. Traven, retrato de un anónimo célebre».

Autor: Golo.

Editorial: Sexto Piso Ilustrado, 2012.

Pág.: 144.

Cómics literarios

El cómic o la novela gráfica han buscado inspiración en diversos autores literariamente consagrados. La personalidad atormentada e introvertida de Franz Kafka es el argumento central de “Joseph K.”,  título que alude al protagonista de la novela del judío de Praga “El Proceso”. El guión es obra de David Zane Mairowitz y las ilustraciones son de la francesa Chantal Montellier. Por cierto que Mairowitz es también el autor de “Kafka”, una biografía dibujada por Robert Crumb. Ray Bradbury y su “Fahrenheit 451” ha sido llevado también al cómic. La epopeya del bombero Guy Montag da un giro de tuerca de la mano de Tim Hamilton. James Joyce es el protagonista de “Dublinés”, una obra de Alfonso Zapico que repasa en viñetas el voluntario exilio del autor irlandés por Trieste, París, Dublín y Zúrich.

“El más allá y otras historias” acerca en blanco y negro el universo inquietante de H.P. Lovecraft a los amantes del cómic a cargo del ilustrador holandés Erick Kriek. En el 90 aniversario del nacimiento del poeta y cineasta Pasolini, el ilustrador Davide Toffolo le rinde homenaje con su obra “Pasolini”. El autor ofrece su reflexión sobre un asesinato que en primera instancia se despachó como sexual, pero que acabó siendo objeto de múltiples especulaciones.J. C.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo