CRíTICA zarzuela
Desmontaje y tesis
Carlos GIL
Albert Boadella logra desmontar la figura de Amadeo Vives, uno de esos músicos insustituibles, a base de repasar su vida y su obra y, una vez desmenuzados los pasajes bien elegidos de su vida ligada a sus creaciones, a su éxito madrileño, lo recompone para crear una tesis que se ajusta a la actual situación de la corriente independentista creciente en Catalunya y la necesidad de españolizar a los niños catalanes, y claro está Boadella se apunta a esta última opción, pero lo hace como casi siempre, con sus armas teatrales, lo que la pude convertir en mucho más eficaz.
Porque lo que es selección de obras, pasajes de su vida, contraste con una realidad palpable, es una dramaturgia impecable. Es un buen trabajo de Boadella, pero además en un terreno muy cargado de trampas, ya que mezclar pasajes de zarzuelas, con relatos biográficos, contrastados con un joven periodista aficionado al rock duro, se debe resolver con la sabiduría que lo hace Boadella, manejando tiempos, ritmos, espacios con eficacia milimétrica. Marca de Boadella, todo es perfecto. Sencillo, pero eficaz, ni un gesto de más, quizás algún chiste de sobra, pero hay que insistir en la tesis, y el público suele ser muy receptivo en los asuntos de trazos gruesos.
Es un montaje de calidad, destaca la orquesta compuesta por jóvenes intérpretes, al igual que el coro, de la Jorcam Académica, que se mueve con soltura, baila cuando corresponde, en un estilo más de musical actual que de coro zarzuelero acartonado. Y sobre todo destaca Antoni Comas, dando vida a Amadeo Vives, fantástico en matices, en capacidades de cantar, interpretar, tocar el piano. Un descubrimiento que roza la perfección. Junto a él un Raúl Fernández que le da el tono y que debe transmitir todo el discurso que trae la tesis final.
Aunque uno llega a pensar que a Albert Boadella le traiciona su subconsciente, su genética, y pese a mantener esa postura españolizante, llama al homenajeado “Amadeu”, en catalán, hace escuchar a los públicos ya españolizados “L’Emigrant” el gran canto identitario de Jacinto Verdaguer y “La Balanguera” sobre un poema de Joan Alcover. Y suena tan bonito, y es tan dulce y elevado, que algunos sentirán removerse sus huesos porque se trata de un icono del catalanismo cultural, el que inauguró el Palau de la Música Catalana, y también, fundador de SGAE. Contradicciones de un hombre inquieto, de un artista, de un gran compositor.