La oposición lituana, en cabeza en las legislativas, comenzó a negociar una coalición gubernamental en espera de confirmar su triunfo en la segunda vuelta en dos semanas. Desde su recobrada independencia en 1991, Lituania ha conocido siempre gobiernos de coalición.

El Partido laborista, del millonario de origen ruso Viktor Uspaskich logró el 21,30% de los votos, seguido del Partido Socialdemócrata de Algirdas Butkevicius (19%). Ambas formaciones han entablado contactos que incluyen al partido populista de derecha Orden y Justicia (7,8%), liderado por el expresidente Rolandas Paksas, destituido en 2004 por violar la constitución. Estos tres partidos mantienen ya acuerdos en la oposición. Se les podría sumar además la formación Vía Valiente (7,6%), un nuevo partido contra la pedofilia surgido tras varios escándalos sexuales.

Las elecciones han supuesto un varapalo para el Partido Conservador del primer ministro saliente, Andrius Kubilius, castigado por los electores por cuatro largos años de recortes (13,83%) y para sus aliados del Movimiento Liberal (7,48%). El partido de la minoría polaca, con un 5,58%, ha superado también el listón (5%) para tener representación parlamentaria.

Figura controvertida

Butkevicius, elegido en primera vuelta en su circunscripción con el 66% de los votos, acaricia la posibilidad de que el presidente lituano, Dalia Grybauskaite, se oponga a la nominación de Uspaskich pese a ser el líder de la formación más votada.

Nacido en Rusia, Uspaskich hizo fortuna con la importación de gas ruso. Ministro de Economía, fue objeto de investigación judicial en 2006 por fraude fiscal y huyó a Rusia. Regresó al año siguiente y tras un breve período en prisión, ha capeado el temporal logrando asientos tanto en Vilna como en Estrasburgo que le han garantizado la inmunidad parlamentaria.

Tanto su Partido Laborista como los socialdemócratas han prometido que trabajarán por mejorar relaciones con Rusia, minadas por la exigencia de reparaciones tras 50 años de dominio soviético y por el precio que Gazprom hace pagar a Lituania por su gas, excesivo según el Gobierno lituano.

Lituania ha vuelto a marcar indicadores económicos positivos pero a costa de la pobreza de uno de cada cinco lituanos.