Acuerdo sobre el referéndum de independencia
Londres sella el compromiso de aceptar la independencia si Escocia opta por ella
Cameron y Salmond cierran el acuerdo para el referéndum de 2014 y emprenden ya la batalla política para convencer al electorado escocés
Soledad GALIANA
Con la firma del Acuerdo de Edimburgo, que establece los procedimientos del referéndum de independencia de Escocia, el Gobierno británico reconoce el derecho de autodeterminación del pueblo escocés, como ya lo hizo con los norirlandeses en 1995 con la firma de la Declaración de Downing Street.
El primer ministro británico, el conservador David Cameron, viajó a la capital escocesa, Edimburgo, para la firma de este documento histórico que fue también rubricado por el primer ministro escocés, el nacionalista Alex Salmond, que celebró el acuerdo como el primer paso en el camino de la decisión política más importante en Escocia en varios siglos. «En ese sentido es un día histórico para Escocia y creo que un paso gigantesco en el viaje del autogobierno de Escocia», afirmó Salmond.
«El Acuerdo de Edimburgo significa que tendremos un referéndum en dos años, que será construido y diseñado por el Parlamento escocés en nombre del pueblo escocés. Creo que este es un paso importante y sustancial».
El primer ministro escocés asegura que la firma del acuerdo garantiza un referéndum «hecho a la medida de Escocia», mientras que Cameron apuntaba que el mantenimiento de la unidad de Gran Bretaña está a la cabeza de las prioridades de su gobierno. El referéndum se celebrará en un plazo de dos años, tal y como deseaba el Gobierno nacionalista escocés, que lo había planeado para 2014, coincidiendo con el 700 aniversario de la batalla de Bannockburn, en la que las tropas escocesas derrotaron al Ejército inglés durante la primera guerra de independencia, aunque Salmond ha evitado concretar la fecha.
En este referéndum podrán votar también los jóvenes escoceses a partir de los 16 años, otra concesión del Gobierno de Londres al de Edimburgo. Otra de las victorias de los nacionalistas escoceses es el hecho de que el registro electoral que se usará en el referéndum será el utilizado para las elecciones locales y escocesas, en lugar del que recoge a los votantes registrados para las elecciones británicas al Parlamento de Londres, como deseaba el Gobierno británico.
Políticamente, la victoria del Partido Nacionalista Escocés en las elecciones al Parlamento de Edimburgo del 2011, que les concedió la mayoría en la Cámara legislativa escocesas, acreditaba el proyecto de este partido de un referéndum de autodeterminación y hacía difícil una negativa a esta consulta desde el Gobierno de Londres.
En sus declaraciones a la cadena pública BBC después de la firma del Acuerdo, el primer ministro británico, David Cameron, afirmó que la aceptación del referéndum de independencia escocés, «es la decisión correcta para Escocia, pero también para el Reino Unido, ya que va a haber una pregunta simple y directa sobre si Escocia quiere permanecer o separarse del Reino Unido».
«Siempre he querido mostrar respeto por el pueblo de Escocia, y votaron por un partido que quería celebrar este referéndum. He hecho ese referéndum posible y asegurado que es decisivo, legal y justo», afirmó el líder conservador británico, que reafirmó que ahora que se ha creado un marco para el proceso electoral, se abre el debate de los argumentos ideológicos. Desde ese punto de vista, Cameron señaló que cree «apasionadamente» que Escocia y Gran Bretaña «están mejor juntos».
Sin embargo, desde círculos conservadores se ha acusado a Cameron de actuar como Poncio Pilatos en los términos del acuerdo. Lord Forsyth considera que el contenido del documento es «un triunfo fácil» para Salmond y los nacionalistas escoceses. «Salmond ha sido capaz de conseguir lo que quiere... Lo que ha pasado aquí es que el primer ministro es Poncio Pilatos. Ha dicho `tú decides, Alex'. Una vez que el acuerdo entre en vigor, todo está en manos de Alex Salmond, que es quién va a dictar los términos».
Confianza en ganar
Por su parte, Salmond expresó su creencia en que la independencia «ganará esta campaña», y la estrategia de los nacionalistas será «una visión positiva para el futuro de nuestro país, económicamente y, lo que es más importante, socialmente». «Es una visión de una sociedad próspera y compasiva, una sociedad con confianza en sí misma que avanza en Escocia y que ganará el referéndum», explicó.
El acuerdo fue negociado por el delegado del Gobierno británico, el diputado liberal demócrata Michael Moore y la viceprimera ministra escocesa, Nicola Sturgeon. El documento establece que el Parlamento británico -con sede en el palacio de Westminster, en Londres- que tiene la responsabilidad sobre cuestiones constitucionales, le otorga el poder al Parlamento escocés de Holyrood para convocar y llevar a cabo el referéndum, así como la regulación de la cobertura mediática de la campaña del referéndum, bajo un mecanismo denominado Sección 30. El acuerdo también establece que ambos gobiernos deben trabajar juntos de manera constructiva con el interés del pueblo escocés en mente, sea cual sea el resultado de la votación. El Acuerdo de Edimburgo limita la consulta a una pregunta directa sobre la independencia y deja fuera esa posible segunda vía de una autonomía más amplia con la transferencia de la recaudación fiscal de Londres a Edimburgo. Desde el primer momento, Londres se opuso a esta posibilidad, ya que considera que una pregunta más directa desfavorece la propuesta independentista.
La líder de los laboristas escoceses, Johann Lamont, expresó su satisfacción con el acuerdo, ya que considera que «Alex Salmond tiene el derecho de hacer la pregunta y ahora el pueblo tiene el derecho a contestarla. Pero no podemos permitir que este debate nos distraiga sobre algunos de los problemas reales de las familias escocesas, sobre los que el partido nacionalista escocés debería actuar inmediatamente».
«Siempre he querido mostrar respeto por el pueblo de Escocia, y votaron por un partido que quería celebrar este referéndum. He hecho ese referéndum posible y asegurado que es decisivo, legal y justo», afirmó el primer ministro británico, David Cameron.
A dos años del referéndum de independencia, las encuestan apuntan a que entre el 35 % y el 40 % de los votantes escoceses apoyan el proyecto nacionalista, frente al 43 % que desea mantenerse dentro de Gran Bretaña. Las campañas de los partidos se centrarán en ganar el apoyo del 17% de indecisos. El mayor apoyo a la independencia se encuentra entre los hombres, los jóvenes (un 50% entre los menores de 34 años) y los que viven en las zonas más empobrecidas (un 45% de quienes viven en barrios más desfavorecidos frente al 26% de los más ricos). Curiosamente, entre los votantes ingleses, que no participarán en el referéndum, el 43% apoyaría la independencia. S.G.
El calendario legislativo y administrativo del acuerdo define claramente los plazos para cada paso en el proceso del referéndum de independencia. Después de la firma del Acuerdo de Edimburgo, y la orden 30, que permite la transferencia del derecho de organizar el referéndum del Parlamento de Londres al de Edimburgo, se espera conocer en los próximos días los resultados de la consulta popular iniciada por el Gobierno escocés en enero de este año. La Comisión Electoral comenzará con las preparaciones prácticas, entre ellas la elaboración del texto de la consulta en las próximas semanas. Para febrero de 2013 se iniciará el trámite de transferencia de la orden 30 y unas semanas después, en la primavera del próximo año, se iniciará el trámite de la propuesta de ley para la convocatoria del referéndum en el Parlamento de Escocia, que se espera sea aprobada en octubre de 2013, y firmada por la reina Isabel II de Inglaterra en noviembre de 2013. El Gobierno publicará entonces un documento de consulta pública, que se llamará «Prospecto para la Independencia» y que recibirá sugerencias de los ciudadanos y organizaciones de la sociedad civil. Los partidos políticos presentarán también su visión de futuro para Escocia, tanto como nación independiente como dentro de Gran Bretaña. Esta publicación marcará la intensificación de la campaña de cara al referéndum tanto por parte de los nacionalistas y los verdes (a favor) como de los liberales, laboristas y conservadores (en contra), que culminará con la votación que se producirá en otoño de 2014. Inicialmente se especulaba con una fecha en octubre de 2014, que coincidiría con el 700 aniversario de la victoria escocesa contra las tropas inglesas en la batalla de Bannockburn, en junio de 1314. S.G.