obituario | Hans Werner henze
El compositor disidente
Mikel CHAMIZO
Ayer falleció, a los 86, el compositor alemán Hans Werner Henze, una de las grandes figuras de la música de la segunda mitad del siglo XX. Prolífico autor de óperas y sinfonías, su figura estuvo fuertemente marcada por el compromiso político de izquierdas.
Con el fallecimiento de Hans Werner Henze se va uno de los grandes disidentes de la música del siglo XX. Habiéndose educado en la «ideología» del movimiento post-serial -fue alumno de Leibowitz, quien a su vez lo fue de Schoenberg-, a principios de la década de los 50 comenzó a sufrir el rechazo frontal de los principales compositores europeos -Boulez, Stockhausen, también Nono, políticamente tan afín a él- por escribir con «una gracia y sugestión tímbrica demasiado abiertamente hedonistas». O lo que es lo mismo, por escribir músicas hermosas y seductoras en una época en que la ruptura con el público era un axioma para la vanguardia musical centroeuropea.
Nacido en Gütersloh (Westfalia, Alemania) en 1926, en el seno de una familia adinerada gracias a sus explotaciones agrarias en Kenia, Henze se posicionó desde joven con la izquierda más extrema del espectro político. Reivindicó la violencia como medio legítimo para conseguir la justicia social y apoyó todas las revueltas armadas de América Latina. Pero lo hizo desde su exhuberante palacio a las afueras de Roma, donde se exilió voluntariamente en 1953, tras desarrollar un odio hacia la sociedad alemana que comenzó al verse obligado a servir como soldado nazi en la segunda Guerra Mundial. En sus canciones y óperas, quizá lo más destacado de su vasta producción, escogió casi siempre textos de autores políticamente definidos, como W.H. Auden, Bertolt Brecht, Heberto Padilla, Erich Fried, Walton Smith o Hans Magnus Enzensberger, textos que tratan sobre temas de corte socialista y comunista, la guerra de Vietnam, el papel de los medios de comunicación, la resistencia anti-nazi, la lucha de clases, el racismo, los modos de producción, el individualismo, etcétera.
Al margen de su activismo político, Henze será recordado por un corpus musical de magistral calidad. Su teatro musical -varias decenas de obras, entre las que destacan óperas como «Die Bassariden « o «L'Upupa»-, así como sus diez monumentales sinfonías, dan testimonio de un compositor de técnica exquisita y mentalidad luchadora y libre, que fue pionero, años antes del post-modernismo, del uso heterogéneo de referentes musicales -desde el jazz a la música italiana- que salpican sus partituras.