
Alberto Pradilla Periodista
Callejeros en Corella
El descamisado v�stago de Miguel Sanz amenazando a un periodista y la se�ora del expresidente, vociferando contra la �matraca� que a su juicio acarreaban los informadores constituye el vivo ejemplo de la supervivencia del caciquismo en el siglo XXI en Nafarroa. No s� si han visto el v�deo. Apareci� el jueves en Cuatro. Uno de estos �periodistas intr�pidos� que plagan los programas de sobremesa se planta en la hacienda corellana del antiguo todopoderoso jefe de UPN y toca el timbre para preguntarle sobre el saqueo de la CAN. Enfurecida, la mujer de Sanz grita que le dejen en paz y amenaza con soltar a los guardaespaldas, de los que habla como si de perros guardianes se tratasen. El hijo, a quien le pixelan el rostro pero que parece salido de la versi�n ribera de �Callejeros�, trata de intimidar al informador, que mantiene ese estilo listillo que tanto suele irritarme pero que, por una ocasi�n, aplaudo.
La seguridad de saberse intocable constituye una de las caracter�sticas de la casta pol�tica foral y espa�ola que m�s me incendia. Se expresa perfectamente en la reacci�n de los Sanz ante los interrogatorios de la prensa, en esa incredulidad indignada que parece decir: ��Que me se�alan por unas decenas de miles de euros? �Pero no saben qui�n soy yo?� Tambi�n podemos verla en las afirmaciones de Yolanda Barcina de que todo el mundo lo hac�a, repartiendo culpas, como si usted, yo o el vecino de enfrente nos hubi�semos embolsado 3.000 eurazos a la hora a trav�s de maniobras .O de Roberto Jim�nez, el colmo del cinismo, que insta a la presidenta a dimitir cuando �l tambi�n particip� en esa bacanal monetaria.
Reviso la hemeroteca y, en un breve googleado, encuentro a Barcina afirmando que �superar la crisis implica hacer m�s con menos�, es decir, cobrando menos. Y que �nos toca a todos apretarnos el cintur�n�. Hay que tener el rostro de cemento armado. �Cu�ntos men�s infames de Mediterr�nea de C�tering se pagan con lo afanado?
Ahora, enfangados hasta arriba en el dinero sucio que amasaron, dicen los jerifaltes de UPN que devolver�n el dinero. Y vuelven a darnos una lecci�n de soberbia. Tengo por seguro que los veremos, en actitud chulesca, perdon�ndonos la vida por entregar los fondos que jam�s debieron arramplar. Terminar�n exigi�ndonos que les demos las gracias. No se cu�nto m�s estamos dispuestos a aguantar. Aunque estoy seguro de que el zar tambi�n pensaba que durar�a para siempre.