GARA > Idatzia > Kultura

EMaciej Szajkowski | Líder del grupo polaco R.U.T.A.

«Algunos nos vieron como expresión del movimiento indignado polaco»

El grupo polaco R.U.T.A. ha publicado dos discos con canciones tradicionales de revuelta y miseria en los que fusionan folk y punk. Es una de las formaciones emergentes de una Europa del Este cada vez más dinámica en todos los estilos, aunque surgen con fuerza el rock y el metal extremo. Con R.U.T.A. tocó el año pasado Esne Beltza en Polonia, quienes llegaron a colaborar en algún tema.

p042_f01.jpg

Patxi IRURZUN | IRUÑEA

A veces sucede. Estás escuchando la radio, o mejor dicho, la radio está puesta de fondo, y algo se abre paso y te agarra de la oreja, tira con fuerza de ti, te calienta la cabeza con el hervor de lo nuevo, o de lo perdido, entra dentro y pincha en las vísceras más sensibles... Para mí fue el caso de R.U.T.A., el grupo polaco de folk-punk.

Sus canciones son la rabia convertida en música. Al oírlas por primera vez, en Discópolis, el legendario programa de Radio 3, fue como si desde el mar de las ondas herzianas una tripulación pirata se lanzara al abordaje con el cuchillo entre los dientes; como si a lo largo de siglos de pobreza y dominación todos los desheredados de la tierra se abrieran paso clamando justicia y venganza. De hecho, ese es el subtítulo de su primer disco «Gore: canciones de rebelión y miseria, siglos XV-XX», en el que recuperan temas tradicionales de la Europa del este y los pasan por la patina del punk. En su segundo trabajo, «Na uschod», no solo repiten la fórmula (violines, violas, panderos y otros instrumentos tradicionales a ritmo hardcore) sino que además invitan a participar a numerosos músicos (leyendas del punk polaco como Pawel «Guma», estrellas de la música folk como la bielorrusa Nasta Niakrasava, etc.) y acompañan el disco con un libro de 120 páginas en el que varios escritores y especialistas escriben sobre feudalismo, revueltas campesinas, anarquismo...

Los discos de R.U.T.A., desgraciadamente, de momento no están editados por estos lares (R.U.T.A., sin embargo, ha tocado junto al grupo vasco Esne Beltza y muestra su apetencia por dejarse ver por Euskal Herria; y, por supuesto, sus canciones se pueden comprar en Internet), pero el impacto al oír su música hace inevitable nuestro interés y tras perseguir durante meses a Maciej Szajkowski, cabeza visible y principal artífice de R.U.T.A.; tras acosarlo por Facebook, Myspace, con traductores virtuales y de carne y hueso, a lo largo de varios continentes conseguimos dar con él y entrevistarle para GARA.

Por aquí no sabíamos mucho sobre R.U.T.A., pero toparse de repente con su música proporciona altas dosis de energía y se hace obligatorio indagar más. Cuéntenos algo sobre el grupo y sobre estos discos.

R.U.T.A. es más que un proyecto musical. También es un proyecto histórico, y un manifiesto educativo y humanista que reivindica la emancipación y la igualdad. Intentamos revisar la historia, y relacionarla con el presente. Abordamos temas en cierto modo inexplorados del pasado y la forma en que podemos hablar hoy de ellos. Buscamos la raíz de algunos problemas, cómo su visión ha sido alterada a lo largo del tiempo, cómo se han ocultado, todo ello hasta llegar a la fuente de cierto estado de ánimo en las clases populares que podrían tener un impacto en nuestra condición mental y espiritual de hoy en día. Para mí se trata sobre todo de un viaje a las fuentes, la respuesta a esa actitud del campesino que llegaba a la ciudad y escupía sobre sus orígenes, se avergonzaba de él, lo silenciaba o ridiculizaba. Nosotros, frente a eso, nos encontramos con el lirismo de las viejas canciones de rebelión y su increíble fuerza. Al escucharlas por primera vez sentimos escalofríos y fue como si un relámpago iluminara todo a nuestro alrededor..

¿Es fácil convertir la rabia en la música? ¿Cuál es estilo que más se ajusta a la ira y la rebelión: el punk, el hardcore, el folk, la mezcla de todos?

R.U.T.A. es una fusión de diferentes estilos basados en el canon de punk rock y hardcore, pero tocada con instrumentos acústicos y tradicionales, que se empleaban en las comunidades rurales y eran una expresión de dolor, amargura, frustración, ira. El rock es también una emanación de la energía, salvaje y casi tangible. Me gustan especialmente sus variedades más extremas, el hardcore, el punk-rock, pero, sobre todo, lo que más valoro en esta escena es un sentido de comunidad, solidaridad, amistad, libertad, lucha, que en la banda tratamos de llevar a la escena folk. El folk, por otra parte, siempre ha sido guerrero: Joan Baez, Bob Dylan, y otros músicos anteriores. Era una música de protesta, que demostraba su desacuerdo con el orden existente. A mí cada vez me irrita más lo que está sucediendo a nuestro alrededor y me pareció que sería bueno recurrir a los instrumentos y textos antiguos, revisarlos y darles un mensaje positivo. Con el puño cerrado, sí, y clamando venganza pero también utilizando la creatividad para construir, conocer, avanzar... De hecho, tras el estreno de «Gore» algunos críticos quisieron ver en nosotros una expresión del movimiento indignado polaco.

¿Creen entonces que esos cantos de rebelión y miseria tienen plena actualidad?

Publicamos «Gore» y el mundo empezó a cambiar rápidamente (risas). Comenzó la Primavera Árabe, Grecia, Portugal, el 15M en España, Catalunya... Estamos viendo también algunos cambios en Ucrania, Bielorrusia y Rusia. El mundo es un organismo interdependiente, aunque no nos demos cuenta: y eso es algo que debemos tener en cuenta y a lo cual todos podemos contribuir.

¿Veremos pronto a R.U.T.A. por Euskal Herria?

¡Nos encanta el País Vasco! Su música, el lenguaje, la gastronomía, especialmente su gente. Además, tocamos en dos conciertos junto al grupo Esne Beltza aquí en Polonia. ¡Nos encantaría visitarla!

CONEXIONES

«El mundo es un organismo interdependiente, aunque no nos demos cuenta: y eso es algo que debemos tener en cuenta y a lo cual todos podemos contribuir»

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo