La Polla, siempre es hoy. Evaristo, un dios anticristo. Lo he visto en facebook, hecho un señor, educado hasta el punto de eructar en directo, en un estudio de la cadena Ser. Ser o no ser. No cabe el parecer, el quedar bien con quien solo sabe hacer el mal. En España se tortura, decía su camiseta, secreta bajo la camisa hasta que se desabrocho los botones como quien se baja la bragueta.

Salió por tema la guillotina, no sé si por que era el día internacional de la citada herramienta o por que el locutor del programa quería cobrar los meses que le corresponden de subsidio por desempleo. Sea como sea, Evaristo, cual Txirrita, la clava: «Cualquier rey que pase por la guillotina sería bienvenido. Es un espectáculo cruel para los niños, pero peores cosas ven en la tele». Yo no quiero ser yo; de mayor, quiero ser Evaristo.

Solo el arriba citado astro de la rima, Jose Manuel Lujanbio Txirrita, había creado en mí tan disparatada ambición. Hablar ayer de hoy y que siga siendo cierto mañana, y si no mejor calla. Un botón, por si los valientes osan dudar de mi palabra: «Zakurrak ere lapurren kontra zaunkaz pasatzen du gaba/ nagusiyari adieraziz fuerte zabalduaz aba;/mataderiya non den badaki, maiz asko juango da ara,/ usai oneko sudurra dute belarriyak erne para,/ puska galantak artuko ditu iñor deskuidatzen bada». Mi primo Nel, diría ¡mais nada!

Pero hoy la estrella es Evaristo, ni Txirrita ni mi primo, que de haber nacido en Euskal Herria, sería por todos conocido. Evaristo is the best, y corroboradlo si queréis en Youtube. «La violencio no me gusta, es fea de por sí, pero bueno, es lo que usan ellos. Es que, qué otra te queda; cuando sale la gente a manifestarse (el poder) se mean de la risa». A mí, esta semana es ejemplo, me han hecho cien entrevistas en radios y televisiones y jamás e sido capaz de arrimarme a semejante cantidad de razón. Perdón, Razón, con mayúscula.

Aunque no sé porque me sorprende tanto su capacidad de hablar claro. Más aún habiendo pinchado sus discos durante años en el Saski Berri, mi ya desaparecido paraíso terrenal. Permitidme, y si no pasad a la siguiente página, que os escriba una de sus letras más txirritianas, de esas que se escribieron ayer y hoy nos sirven de faro para ver que antes de padecer el mañana es mejor correr. Eso sí, de darse el caso, es mejor correr detrás que delante. Al grito de a por ellos, es aun más elegante. Señores y señoras, leidis an yentelmans, jaun andere agurgarriak, habemus Evaristo. No es una letra, es una foto:

«Cargaos la delincuencia, es una plaga social: una raza despreciable una raza a exterminar. Banqueros, unos ladrones sin palanca y de día, políticos estafadores juegan a vivir de ti. Fabricantes de armamento eso es jeta de cemento, las religiones calmantes y las pandas de uniforme. La droga publicitaria delito premeditado y la estafa inmobiliaria... Delincuencia, delincuencia es la vuestra, ¡asquerosos!, Vosotros hacéis la ley. Explotadores profesionales delincuencia es todo aquello que os puede quitar el chollo que os puede quitar el chollo».