Peru Sasia | Director de Banca Etica Fiare
«Banca Ética Fiare comenzará a operar como entidad financiera en julio»
En mayo los representantes de Banca Etica Fiare, encabezados por Peru Sasia, acudirán a Florencia a la asamblea de integración con Banca Popolare Etica de Italia. Ambas organizaciones ya han presentado al Banco de Italia la documentación. Si no hay problemas, en dos meses Banca Etica Fiare podrá operar como una cooperativa de crédito a partir de julio. En 2014 se espera que se lance en esa actividad.
Juanjo BASTERRA | BILBO
¿En qué momento se encuentra el proceso de integración con banca Popolare Etica de Italia?
Estamos culminando el proceso de integración con Banca Popolare Etica en su dimensión legal, social y política. Estamos satisfechos. Solo el proceso ya ha sido positivo. Eduardo Galeano decía cuando hablaba de las alternativas que «quizás desencadenen la alegría de vivir». Ahí estamos. El 18 de mayo en Florencia tendrá lugar la asamblea en la que participaremos un 10% de la base social de Fiare, como socios de la cooperativa. Se elige el nuevo consejo rector de la cooperativa de crédito. Soy el candidato del área Fiare, con el 95% de respaldo, que encabezaré esa participación, elegido en la asamblea de Rivas.
¿Qué más cargos se eligieron en esa asamblea celebrada en la Comunidad de Madrid?
Se eligió al Comité de Ética estatal, que lo coordinará Cristina de la Cruz. Participamos 420 personas en la asamblea, y contando las delegaciones de voto, fuimos 750 las representadas. Para una base de 4.000 es una movilización interesante. Acudimos de todas las territoriales. A partir de ahora nuestra organización se integra por socios de la cooperativa, reunidos en 19 circunscripciones locales agregadas en tres zonas. La zona Norte, la componemos por ahora cinco circunscripciones de Euskal Herria y dos en Galiza. Cada zona elige su referente, en la nuestra está Carlos Askunze. Esto significa que 200 personas de todo el Estado español se reúnen de forma estable y permanente para desarrollar la dimensión social y cultural del proyecto Fiare. Es una herramienta potente.
¿A nivel financiero qué pasa?
A partir de ahora se pone en marcha el plan de integración para ofrecer productos financieros como cooperativa de crédito. La semana pasada se entregó al Banco de Italia y al Banco de España. Tenemos dos meses en los que si el Banco de Italia no dice nada, lo podemos dar por aprobado. Y luego tiene un mes para notificar al Banco de España para que empecemos a operar como entidad financiera. Ese es el banderazo de salida: ofrecer cuentas corrientes, tarjetas de crédito, banca por internet...
¿En julio empezaría?
Sí, si todo va normal. Empezaríamos a modificar oficinas. Tampoco tendríamos que tardar más de doce meses, a mediados de marzo de 2014, en poner en marcha la cooperativa de crédito, porque es cuando caduca el plazo que tenemos. Empezaríamos 2014 con productos bancarios, con banca internet, con cuentas corrientes con operativa de domiciliación, con tarjetas. La sede central está en Bilbo y dos oficinas permanentes en Madrid y Barcelona, con una red extensa de puntos de información y banca por internet.
¿Qué expectativas maneja?
Nos integramos dos organizaciones que creemos mucho en la participación activa. Técnicamente es muy retadora porque tenemos que ir creando productos y servicios adecuados. Estamos notando un acelerón en la recogida de capital social. Acabaremos 2013 con cinco millones de euros y cinco mil personas socias, por lo menos. Es el ritmo que llevamos. Estamos notando un arreón fuerte para acercarse a Fiare como banco. Hay gente que sigue ahorrando, seguimos concediendo financiación como agentes financieros. El objetivo que nos marcamos para que sea sostenible es doblar la actividad en tres años. Tiene que ser fácil para nosotros en este nuevo escenario. Tenemos 4.000 socios, pero solo 2.000 clientes.
¿De cuánto hablamos?
El objetivo es alcanzar afinales de 2016 con unos 100 millones de ahorro. Estamos en este momento en 34 millones. 2013 acabará con 40 millones y en 2014, en 80 millones. De esos, 100 millones, 50 millones serán para créditos vivo. Nos situaremos en un lugar cómodo y una entidad financiera interesante.
¿Se han sumado ayuntamientos a la banca ética?
Hay un buen número de ayuntamientos que se han hecho socios de Fiare en la búsqueda de un modelo más amble. Son el de Donostia, Ordizia, Errenteria, Oñati, Hernani, Usurbil, Manzaneda, El Prat, Llobregat, Sabadell, Cambrils, Rivas Vacíamadrid, Burlata, Antsoain, Berriozar, Atarrabia, Huarteta y Albuixech. Además estamos haciendo clientes con depósitos significativos como clientes de ahorro. También están los movimientos sindicales. Han mostrado interés por el proyecto sindicatos como ELA, LAB, CCOO, antes ya lo hizo EHNE Bizkaia, que ya se asoció. Somos proactivos a la hora de integrar en el proyecto a colectivos. Notamos cierta conciencia en algunos de estos sectores de que el eje económico y las alternativas económicas se deben incorporar para entender la economía desde un punto de vista diferente al imperante.
¿Llegarán más?
Hay más expectativas y más llegadas. Tenemos las capacidades operativas que tenemos y nuestra estrategia de desarrollo está claramente condicionada conscientemente, porque no aceptamos entradas de inversiones que esperan retornos importantes de sus inversiones. El proyecto Fiare ha costado construirlo 4,5 millones, los hemos sacado de pura arqueología social: persona a persona, cavando y excavando, buscando los cincuenta, cien, quinientos euros no solo de capital social, sino también para gastos de constitución. Estamos en un punto hoy, que la propia actividad se sostiene. Tenemos capital social, por ahora cuatro millones, pero alcanzaremos los cinco millones, no nos queda ni rastro de 4,5 millones que hemos gastado, no hay consencuencias. No hay inversores esperando, ni préstamos grandes. Nos quedan un par de deudas de 150.000 euros de la construcción del proyecto. Nuestro tamaño condiciona, pero te da autonomía y libertad. Es una aspiración no lucrativa en estado puro. Nos hace pequeñines, pero extraordinariamente autónomos.
¿Qué piensa cuando la Comisión Europea ha inyectado 4,5 billones hasta el 2011 a los bancos de la UE?
El recorrido de una iniciativas como la nuestra tiene que ver con una lectura de como se gestiona políticamente la cuestiones en la esfera económica. En Europa lo que está pasando es una desautorización de la gestión política, caso de Chipre y cualquier otro. Se sitúa, como pasa con el comercio internacional, en el derecho duro e inamovible las deudas con los bancos; pero, por el contrario, se sitúa en el derecho blando el derecho a la propiedad privada sobre tus depósitos. Hacen lo que sea para pagar la deuda, pero otros elementos que pueden ser pilares, como es la sagrada garantía de los depósitos, puede venir un gobierno influido por el estado de necesidad y decir que te despidas del 20% de tus ahorros. Se puede discutir si es interesante o no, lo grave es cuáles son los resortes de poder que hacen decidir esas medidas. Ante esa decisión, la ciudadanía organizada trata de buscar alternativas, no digo que sea la única, pero sí una respuesta con agentes sociales y económicos porque hay alternativa. En Europa la falta de democracia es alarmante. Al final, el regulador bancario va a ser uno solo a nivel europeo, el BCE.
¿Es bueno o malo?
Es malo. Ahora mismo ese banco no es un banco amigable ni para un ciudadano ni para ningún pueblo.
En vista de esta falta de crédito, de financiación, de recursos públicos ¿cree que hay que ajustar la fiscalidad vasca a la presión media de la UE?
Quienes nos movemos en una economía alternativa y solidaria nos damos cuenta que hace falta que aumente la presión fiscal, sobre todo, de quienes más ganan y de las empresas. Hay que gravar más los beneficios empresariales. También hay que actuar contra el fraude y fiscal y la economía sumergida. Es inaplazable.
«Ayuntamientos vascos, catalanes, madrileños y valencianos se han asociado a nuestro proyecto de banca ética, necesitado en este mundo actual»
«Nuestra intención es terminar este año con un capital social de cinco millones y cinco mil personas y entidades asociadas»
«Nuestro tamaño condiciona, pero te da autonomía y libertad. Es una aspiración no lucrativa en estado puro»
¿Qué le parece poner dinero para las empresas como ha hecho el Gobierno de Urkullu? ¿Kutxabank se creó para aportar músculo financiero y ayudar a las pymes vascas?
Me parece muy discutible buscar atajos que al final lo que te hacen preguntarte cuál es el bien social de quien no ha participado. En Euskadi se sabe que hay experiencias muy comprometidas en pymes, cooperativa o no, y un flujo económico razonable para dar apoyo financiero y crédito. ¿Por qué no funciona ese sistema? ¿Por qué hay que buscar que el crédito vengan de los planes de pensiones? Es porque el ahorro y el crédito no llegan desde las entidades que hacen intermediación financiera y no la ofrecen. Entonces ¿cual es el bien social de esas entidades? Tampoco están para ser comprensivas con los desahuciados, ¿para que están? Para megaproyectos, para ser accionistas mayoritarios en una empresa de producción de energía. Ese debate no se tiene.
¿Nos estamos desviando?
Si alguien quiere ayudar un poco a liderar un cambio cultural y de prioridades en nuestra sociedad, tendrá que empezar a hacer el discurso de que la búsqueda de la maximización de la rentabilidad de nuestros patrimonios se tiene que acabar. No podemos estar todo el rato intentando ser el primero de la fila. Porque esos dos, tres o cuatro puntos de más que ofrecen significa que la entidad financiera se retire de determinados ámbitos que son interesantes, pero poco rentables y se vayan a otros.
¿La actividad crediticia de Fiare se ha resentido?
En Banca Ética Fiare viene mucha gente. Funciona, pero en este momento no damos abasto, porque hay mucha necesidad. Hay un cierre de grifo evidente en la banca y la Administración paga con mucho retraso. Te piden adelanto de subvenciones concedidas para poder funcionar y evitar la fragilización. La morosidad está muy controlada, entre cinco y diez veces por debajo de la media del mercado. Se nota que hay una creciente necesidad de financiación. J. B.