La Real quiere seguir creciendo en Barcelona
Las expulsiones, otro certificado de maduración
Los de Montanier son el equipo que más rojas ha provocado a sus rivales, el que menos ha sufrido y el tercer equipo en la clasificación de juego limpio.
Jon ORMAZABAL
Al margen de su, por momentos, brillante fútbol, lo mejor de la actual Real es que sobre el campo se le ve como un equipo hecho y maduro. La continuidad y las horas de vuelo que ha acumulado una plantilla que regresó a Primera sin apenas experiencia en la categoría se están haciendo notar y, a poco que los resultados han comenzado a acompañar, han puesto al equipo en su mejor situación de los últimos años.
Conceptos como «veteranía», «experiencia» y «saber estar» resultan intangibles en las miles de estadísticas a las que, hoy por hoy, se puede tener acceso, pero sí que hay parámetros que pueden servir para explicar ciertas tendencias.
En el caso de la Real, el balance de expulsiones recibidas y provocadas es un buen barómetro en el que se ve una importante evolución positiva. Así, a diez jornadas de la finalización del campeonato, el de Montanier pasa por ser el equipo de Primera que más expulsiones ocasiona al equipo rival (11) y también uno de los más limpios del Campeonato con solo una tarjeta roja en contra, el que menos ha recibido. Sobre todo durante las ocho jornadas consecutivas en las que terminó con un jugador más, se habló mucho de esta circunstancia, pero el bajo número de tarjetas rojas propias también merece un comentario.
Porque desde su regreso a Primera, la Real siempre se ha caracterizado por ser un equipo bastante limpio, de hecho, en 2010 fue segundo en la clasificación de Juego Limpio, por detrás del Barcelona.
El año pasado también fue el tercer equipo con menos amarillas (83), solo por detrás del Barcelona y el Málaga (75), pero por contra sufrió hasta siete expulsiones, excesivas para el número de faltas cometidas. La efusividad de debutantes como Iñigo Martínez, expulsado en dos ocasiones, salió cara.
Lección aprendida
Este año, por contra, el equipo parece haber aprendido la lección y su balance de expulsiones es mucho más acorde a las estadísticas de un equipo que pasa por ser el tercero que menos amonestaciones ha recibido y el segundo que menos faltas comete -con una media de 11,4 3 por partido- solo superado por, otra vez, el Barcelona, con 10,4.
El paradigma de esta pauta puede ser el último partido disputado en Anoeta ante el Valladolid, en el que la Real solo cometió 3 faltas, en un partido que ganó 4-1, es decir, en el que hizo más goles que faltas.
Esto, sin embargo, no se ha convertido en un lastre en la solidez defensiva, con partidos tan brillantes en este sentido como el de la última salida al Vicente Calderón, en el que cometió seis faltas menos que los de Simeone en un partido en el que la posesión del balón fue del equipo local, con un 57,66% por parte de los rojiblancos y un 42,34% por los guipuzcoanos.
«El Espanyol está en buena racha, desde la llegada de Aguirre no han perdido en casa, pero nosotros también y los rivales ya tienen ese puntillo de nervios cuando tienen que enfrentarse a nosotros».
«Estamos en una muy buena posición, pero que la Champions sea un sueño no significa que lo vayamos a conseguir o que vaya a ser sencillo. Los rivales van a fallar poquísimo y, si nosotros lo hacemos, caeremos».
El Sanse cayó derrotado ayer por 1-0 ante el SD Logroñés, con lo que acumula cinco derrotas consecutivas que lo han llevado a caer a los puestos de descenso. Los de Kodro son ahora mismo decimoséptimos, empatados con Teruel -con un partido menos- y Peña Sport.
Con la llegada de Bravo en buenas condiciones físicas -sintió algunas molestias en los abductores en el calentamiento de la victoria (2-0) de Chile ante Uruguay, pero jugó todo el partido-, Montanier tiene a toda su plantilla menos a Chory Castro para preparar la visita a Cornellá.
El presidente del RCD Espanyol, Joan Collet, visitó a la plantilla para tranquilizarla por el retraso en el pago de las fichas, pendiente de un crédito sindicado que, según explicó, «está muy avanzado», aunque no cree que llegue el próximo martes, «porque es muy justo».
«Acordamos unas fechas de pago con los jugadores, aunque cada mes se realizan ingresos pequeños correspondientes a las fichas», explicó Collet, quien agradeció la «comprensión» de los capitanes: «Solo puedo quitarme el sombrero con su actitud. Este vestuario tiene un gran factor humano».
El presidente de la entidad españolista aseguró, además, que la firma final del crédito -con el que deben pagar a jugadores, empleados, proveedores y Hacienda- depende de «detalles como las condiciones suspensivas». «Hay unas cláusulas muy, muy técnicas que nos han privado de tener el dinero esta mañana», añadió.
Por otra parte, Collet aprovechó su visita a la Ciudad Deportiva para demostrar «la confianza» que el club tiene en el entrenador, Javier Aguirre, después de que algunas informaciones aparecidas en diversos medios aseguraran que existen discrepancias en el Consejo de Administración sobre su continuidad.
«Si algún consejero tiene dudas que lo exprese ahí -en el Consejo-, solo Óscar Perarnau -director deportivo-, Iñaki -Pérez, responsable del área deportiva- y yo somos los únicos que hablaremos de este tema. El que tomará la decisión sobre su futuro es Perarnau», añadió.
En este sentido, el presidente avanzó que el director deportivo «valorará otras cosas en la renovación de Javier Aguirre que no sean únicamente la salvación». El técnico mexicano llegó al banquillo del Espanyol, el pasado diciembre, con el objetivo claro de sellar la permanencia.
GARA
El campo de Ondartza (Hondarribia) será el escenario de los encuentros -Combinado guipuzcoano-Betis y Espanyol-Nagoya Grampus- que abrirán el fuego de la XXIX edición del Torneo Internacional Juvenil de la Real. Por la tarde se estrenará el grupo B en Oiartzun.