Buscando la credibilidad perdida, incluso entre sus propias filas, el presidente francés, François Hollande, defendió en una entrevista en la cadena de televisión pública France 2 su balance de diez meses de gobierno y reclamó más tiempo para hacer frente a una crisis que, reconoció «dura más de lo que habíamos previsto».

«Necesitó a todos los franceses», dijo ante unos sondeos en los que solo el 22 % le considera un buen presidente.

«Mi prioridad es el empleo, mi rumbo es el crecimiento», insistió y criticó que «permanecer en la austeridad, es condenar Europa a la explosión», y fomentar el ascenso de los movimientos populistas.

Respecto a las relaciones franco-alemanas las calificó como de «una tensión amistosa», pero añadió que París y Berlín «tienen la obligación de que Europa pueda avanzar». Por otro lado, adelantó que el presupuesto de Defensa, de unos 30.000 millones de euros, se mantendrá en 2014, tranquilizando a políticos y militares que temían recortes, y que el armamento nuclear no solo se mantendrá sino que se modernizará.

En el ámbito internacional, Hollande se mostró más cauto sobre el envío de armas a Siria al condicionarlo a tener la certeza de que lleguen a los que considera opositores «legítimos» del régimen de Bashar al Assad. «No pueden entregarse armas cuando acabe el embargo si no se tiene la certeza de que esas armas serán utilizadas por opositores legítimos», precisó Hollande, no sin defender esa vía cuando se pueda confirmar que «la oposición tiene un control total de la situación».

En cuanto a la intervención en Mali, planteó que habrá elecciones a finales del mes de julio y que será «inflexible» sobre este asunto. Hollande desmintió que París esté buscando su candidato para las presidenciales malienses. «El tiempo en el que Francia designaba jefes de Estado en África ha pasado», aseguró. Además, anunció que los 4.000 soldados franceses desplazados en Mali comenzarán a retirarse a finales de abril, quedarán solo 2.000 en julio y mil a final de año. Hollande defendió haber conseguido sus objetivos, excepto la liberación de los 15 rehenes.

A este respecto, reconoció que habría negociaciones aunque «la política de Francia es que no habrá pagos de rescates. Eso no quiere decir que no habrá contactos, que no habrá negociaciones, que no buscaremos una solución pero no puede haber pago de rescate», matizó.