EH Bildu, PSE y UPyD rechazan el cierre de las «haurreskolak» de Gasteiz
Ion SALGADO | GASTEIZ
Los parlamentarios de EH Bildu, PSE y UPyD sumaron sus votos ayer en la Comisión de Educación de la Cámara autonómica para defender el futuro de tres haurreskolak de la capital alavesa -Txirrinbil, Almudena Cid y Virgen Blanca-, centros para niños de entre 0 y 2 años que pueden cerrar sus puertas el año que viene, según pretenden el Gobierno autonómico y el Consistorio de la ciudad.
El debate, iniciado gracias a una proposición no de ley presentada por Isabel Celaá (PSE) estuvo marcado por la división existe entre las formaciones conservadoras y el resto. Así, mientras EH Bildu, PSE y UPyD defendieron la continuidad de los centros, situados en Lakua, Abetxuko y en El Pilar; PNV y PP echaron mano de un discurso económico para explicar que el cierre de los mismos responde a criterios de oferta y demanda.
A este respecto, Jone Berriozabal (PNV) señaló que el cierre de dichas instalaciones, solicitado por el Gobierno local de Gasteiz y aceptado por el Ejecutivo autonómico, no supone un recorte porque los menores afectados podrán recibir una educación en otro centro y «no se quedarán en casa».
Asimismo, Iñaki Oyarzábal (PP) explicó que el cierre está motivado por una reordenación de los centros infantiles, y recordó que los alumnos de las tres haurreskolak tendrán preferencia para elegir una plaza en el resto de guarderías, ya sean dependientes del Ayuntamiento gasteiztarra o del Consorcio Haurreskolak.
En respuesta a estas palabras, Belen Arrondo (EH Bildu) criticó las formas empleadas por el Ejecutivo jeltzale que, al parecer, comunicó la decisión a los empleados de los centros sin consultarlo antes con las familias de los niños y niñas afectadas; y cargó contra los motivos aducidos por Lakua, que, en el caso de Txirrinbil, motiva el cierre en la ausencia de un patio.
«Indignación y descontento»
Ana Fernández, madre de uno de los menores afectados por el cierre de Txirribil, intervino en un debate previo para expresar la «indignación y el descontento» de unas familias que se sienten «defraudadas» por el cierre de las haurreskolak.
Fernández señaló que existe una demanda en los barrios de Gasteiz, y recordó que, en el caso de Txirrinbil, no tener un patio no fue un problema cuando se decidió abrir el centro.