Iker Bizkarguenaga | Periodista
Mucho dron suelto
Más allá de la columna de Amparo Lasheras y el análisis de Iratxe Esnaola en Gaur8, lo cierto es que el affaire relacionado con Edward Snowden y la trama de espionaje masivo protagonizada por Estados Unidos y Gran Bretaña han pasado bastante desapercibidos por estos pagos. Y es curioso, porque estamos hablando de la interceptación de millones de comunicaciones a nivel planteario y la implicación de las principales empresas del espacio digital. Pero lo dicho, en mi entorno la reflexión que más se ha acercado al caso ha sido que «todos estamos con Bielsa pero ahora hay que apoyar a Valverde». Vale.
No vamos a negar que no nos pilla por sorpresa que nos espíen. Y menos en este país, donde hemos hecho un máster colectivo en detección de soplones, chotas, aparatos de escucha, GPSs y demás tramánculos y semovientes dedicados a escrutar lo que hacemos o dejamos de hacer. De hecho, lo que resulta llamativo, cuando todavía hay que aparcar los smartphones -que aquí hay nivel- para asistir a determinadas reuniones, es que haya personas con muchos años de tralla y que han hecho la premilitancia en todos los organismos habidos y por haber, que se muestran tremendamente locuaces en sitios como facebook o twitter donde habitan maderos de todo pelaje y condi- ción. Toda la vida mirando con suspicacia al vecino no vaya a ser un chivato, y ahora se desnudan en el escaparate global.
Bueno, decía que no había originado revuelo el tema del espionaje al por mayor, y puede decirse lo mismo del hecho de saber que nuestros cielos están poblados por miles de aviones no tripulados que tan pronto pueden medir la longitud de los pelos de tu nariz como hacer que desaparezcan de un pepinazo los pelos, la nariz y todo lo que les rodea en muchos metros a la redonda. Drones les llaman, y parece que no nos importan porque solo matan talibanes.
Ahora bien, como alguien de la CIA decida que este pueblo es una amenaza para sus intereses nos vamos a reír de la contrapasa primaveral. Y cuidado, porque es sabido que esa gente suele matar el aburrimiento inven- tando enemigos por doquier...
Espían todo lo que decimos, nos sobrevuelan pajarracos cargados de misiles, y nos la trae al pairo. Así nos va. De todos modos, el tema de los drones también se veía venir. Yo al menos siempre he pensado, desde que tengo uso de razón, que en este mundo hay mucho dron suelto.