Inestabilidad atmosférica, elevada humedad ambiental y algún mecanismo desencadenante (calor, una montaña, un frente o una borrasca) son los factores que deben reunirse para que se desate una tormenta. Un fenómeno de diferentes dimensiones y duración variable que se puede quedar estacionaria sobre un lugar o desplazarse a merced del viento.

Mientras la tormenta está creciendo, domina una corriente de aire ascendente y se forman los hidrometeoros -gotas de agua, granos de hielo- que caerán luego. Cuando llega a su madurez, conviviendo una corriente de aire ascendente con otra descendente, se inicia la precipitación. Y, en el momento en que escasea el vapor y toda la nube está dominada por corrientes descendentes, comienza la etapa de su desaparición.

En ocasiones, antes de desaparecer, pueden llegar a darnos alguna sorpresa. Porque esas corrientes descendentes de la fase de declive pueden tener distintas intensidades y pueden provocar la disipación de la tormenta, «fabricar» otras nuevas, o dar lugar a lo que se conoce como un Reventón o Downburst (desplome de fuertes vientos que impactan y «se enroscan» junto al suelo) y producir daños similares a los de un tornado.

Algo parecido ocurrió el pasado 20 de junio en Biel (Suiza), mientras se celebraba el Festival de Gimnasia Federal. El viento llegó a soplar a más de 100 k/hora y ocasionó una operación a gran escala de los equipos de rescate que evacuaron a 39 personas a diferentes hospitales. Daños que se sumaban a los producidos la semana anterior (sin heridos) en el mismo lugar por otra tormenta (una supercélula) en la que se midieron ráfagas de 124 km/h.

«Manejar» una situación de este tipo si nos sorprende en actividades al aire libre pasa por tomar medidas de autoprotección como guardar la calma (quizás lo más complicado); prestar atención a árboles, ramas y rocas que nos puedan caer encima; tener cuidado con la pérdida de equilibrio en zonas expuestas (estrechamientos, collados y cumbres); no perder la comunicación con el grupo; buscar abrigo en edificios seguros o evitar zonas elevadas.