Es una comedia de Hollywood. Que nadie pretenda que su humor pueda tener carácter social, o que llegue a satirizar la situación de paro a la que se ven abocados los empleados que ya han cumplido los 40. La mayoría de los chistes de «Los becarios», titulada originalmente «The Internship», se ríen del desfase generacional de la pareja de cuarentones protagonista.

Vince Vaughn y Owen Wilson encarnan a dos curtidos vendedores que son despedidos por su jefe, al que interpreta John Goodman. Una vez en el paro, necesitan reinventarse, así que al primero de los dos se le ocurre presentarse como becarios en Google, que es la empresa de moda donde todos los jóvenes quieren trabajar.

Google para todos

Google es presentada en la película como una empresa del futuro, diferente a todas, incluso a otras informáticas. Para ello se rodó en sus oficinas de Mountain View, en las afueras de San Francisco. Pero como no se podían cerrar para la filmación todo el día, hubo que reproducir el edificio en decorados de Atlanta. También se aprovechó el parecido arquitectónico que guarda en su exterior el Instituto Tecnológico de Georgia.

El argumento muestra los programas a través de los cuáles Google consigue que los universitarios más capacitados trabajen para ellos, debido a que las solicitudes de trabajo son muy superiores a las ofertas de puestos vacantes. Los becarios que se disputan dichas plazas trabajan primero gratis en su periodo de capacitación, formando equipos. En grupos, los aspirantes deben presentar proyectos innovadores. Solo los mejores conseguirán el codiciado contrato.

Los dos cuarentones exvendedores competirán con jóvenes muchos más preparados en un intento patético por ponerse al día. La comicidad se deriva de su desconocimiento de la jerga de Internet, siendo ridiculizados por estudiantes ambiciosos como el que personifica Max Minghella, hijo del malogrado cineasta inglés Anthony Minghella. No obstante, harán buenos colegas y algún ligue.