Durante la guerra de Franco y en la postguerra, fueron muchos miles los que dieron con sus huesos en la cárcel o, en una cuneta o una fosa común, a consecuencia de denuncias anónimas. Los bien nacidos, por Dios, por la Patria y el Rey denunciaban a sus vecinos de ser elementos no afectos al Régimen y luego venían las consecuencias.

En julio de 2012 algunos medios reprodujeron un video, de autor anónimo y de mala calidad, en el que se podía ver a Josetxo Ibaceta a la puerta de su casa en un altercado que tuvo gran repercusión, dada la vinculación de Josetxo con Bildu y porque, según se decía, había amenazado de muerte a unos hinchas de «La Roja» que, banderas españolas en ristre, rondaban por la Parte Vieja donostiarra, celebrando el triunfo de los suyos en el Mundial de fútbol. Los filmadores furtivos ni siquiera se molestaron en presentar denuncia, limitándose a enviar la grabación a la prensa.

Tocó a rebato la Fiscalía de la Audiencia Nacional, que al día siguiente de la publicación incoó diligencias de investigación por algo que, incomprensiblemente, calificó de amenazas terroristas. Desde el inicio, la defensa pidió que los hechos se juzgaran en Donostia, que no podían ser considerados delictivos y mucho menos terroristas, pero fue en balde. También pidió que se facilitara la identidad de los testigos para articular prueba sobre circunstancias que pudieran influir sobre el valor de sus testimonios, pero los nombres de los acusadores secretos no se conocieron hasta el inicio del juicio, en que el acusado y su defensa se enteraron de que dos de ellos eran Aitor Azpeitia y Gloria Vázquez, concejales del PSOE en Zarautz y activos defensores y captadores de prosélitos de la «Doctrina Parot» en las redes sociales, para presionar al Tribunal de Estrasburgo a la hora de dictar sentencia sobre ese tema.

La sentencia, que ha sido absolutoria, les deja en muy mal lugar, negando su versión de los hechos, estableciendo que fueron ellos y no el acusado los instigadores del incidente, que Azpeitia le increpó, dirigiéndose hacia Ibazeta llamándole «gudari» en tono despectivo, y poniendo de relieve numerosas contradicciones en sus incriminatorios relatos, concluyendo que no se ha probado que les amenazara con darles dos tiros. El tribunal no traga.

Hace pocos meses el Tribunal Constitucional absolvió a dos jóvenes zarauztarras del delito de apología del terrorismo del que habían sido condenados, acusados de gritar «Gora ETA» en una manifestación. El autor de la denuncia, también secreta, era el otro concejal del PSOE en Zarautz, Patxi Elola, cabeza de lista en las elecciones. Pese al fallo absolutorio los jóvenes condenados estuvieron un año en la cárcel, porque la sentencia del TC, como casi siempre, llegó cuando ya habían purgado la pena: misión cumplida.

Visto lo visto uno se pregunta si esto es el PSOE de Zarautz o Nuevas Generaciones o una Fuerza Nueva, o si en Euskal Herria serán todos ellos lo mismo: la marca España.