Patxi Zabaleta | Coordinador general de Aralar
Sinergias en defensa del Convenio-Concierto
En medio de una nueva edición de la tantas veces repetida polémica en torno al Concierto de la CAV y al Convenio de Nafarroa, el coordinador general de Aralar aboga por abordar la próxima negociación de ambos instrumentos de forma simultánea y coordinadamente, «es decir juntos y a la vez». Y ello porque ante la actual campaña de ataques -privilegio, insolidaridad, oscurantismo...- el autor considera que la reacción de la CAV y Nafarroa no ha estado a la altura de las circunstancias, y que «si el ataque es conjunto, la defensa debiera ser conjunta y coordinada».
El Concierto económico de la CAV y el Convenio económico de Navarra tienen la misma fundamentación histórica, jurídica y sobre todo democrática, aunque hayan tenido concreciones separadas a lo largo del tiempo. Es una fundamentación preconstitucional, que la Constitución ha mantenido y respetado, aunque desgraciadamente con lenguaje críptico y poco riguroso. Es una fundamentación, que se remite al concepto de «derecho histórico», cuya actualización democrática y legitimadora no puede ser sino el derecho a decidir, aunque en el texto constitucional pareciera que el sujeto del derecho son unos territorios. Es una fundamentación de derecho público, que forma parte del acerbo general y deficientemente explicitado, que es la referencia conceptual a los fueros o al régimen foral. Es una fundamentación que trae causa, constituye prueba y remite a estadios de soberanía.
Ciertamente, Navarra pasó de reino a provincia con el Estatuto real de 1833 y recuperó los restos de poder en la ley de 25-X-1839 y en la mal llamada ley paccionada de 16-VIII-1841. Más tarde, en 1937, Franco derogó el concierto de Gipuzkoa y Bizkaia por «provincias traidoras», y cuando se recuperaron dichos derechos históricos el Concierto se unificó para las tres provincias. Por lo tanto, desde la reforma posfranquista la estructura del Convenio y del Concierto es bifrontal y coincide con la estructura autonómica, mientras que hasta entonces era provincial.
Tanto el convenio como el concierto establecen desde su origen la obligación de aportar al sostenimiento de las cargas comunes del Estado en cuanto a las funciones intransferibles o no transferidos. A esa aportación se le denomina Cupo en la CAV y Aportación en Navarra.
Tras la implantación del IVA en 1985, se acordó el texto del Concierto de 1990, copiado en buena parte en el Convenio, que se mantiene en la actualidad con las consiguientes actualizaciones efectuadas quinquenalmente. Estas actualizaciones quinquenales han sido negociadas por separado; primero la CAV y luego Navarra, pero la actualización del Convenio acaba siendo mera copia de la actualización del Concierto. También ha habido otras modificaciones menores interquinquenales, como la adecuación por las exportaciones de Volkswagen pactadas por Navarra o la adecuación dimanante de alguna transferencia, etc.
El hecho es que ahora el sistema de Convenio y Concierto es objeto de constantes ataques con las monsergas de privilegio, insolidaridad, oscurantismo, etc. La verdadera razón es sin embargo la nueva agresión del centralismo. La reacción por parte de la CAV y de Navarra no ha estado a la altura de las circunstancias. Si el ataque es conjunto, la defensa debiera ser también conjunta y coordinada. Pere Navarro en Cataluña, el PSOE andaluz, UPyD o los tertulianos de la Caverna, etc... todos sin excepción agreden conjuntamente al Concierto y al Convenio. Mientras tanto el Gobierno de Navarra y el Gobierno Vasco, cada cual anda a su aire. UPN interviene confundiendo obsesivamente todo; mezcla el fuero, el amejoramiento y el convenio y la supuesta esencia de Navarra de diferenciarse y separarse del resto de Euskal Herria. Afirmó el PNV y el Gobierno Vasco actúa como si Navarra no existiese, de espaldas al conjunto de Euskal Herria. Afirmó la Sra. Barcina el día 19-VI-2013 que ella había llamado al Sr. Urkullu el día 18-XII-2012, día de su investidura y que el Sr. Urkullu no le ha contestado nada.
La actualización quinquenal del Concierto y del Convenio debería efectuarse simultánea y coordinadamente, igual que su defensa política. Hace un par de quinquenios el entonces lehendakari Ibarretxe amagó con condicionar el acuerdo a dos condiciones: A) Dar acceso al Ecofin a la Hacienda Vasca y B) Transferir las competencias en política activas y pasivas del INEM. El Estado solamente ofertó las políticas activas del INEM y el Gobierno Vasco no aceptó entonces dicha transferencia reducida, pero firmó el Concierto. Navarra copió en buena parte la actualización del Concierto, pero asumió las competencias en políticas activas del Inem con fecha 9-4-1999. La CAV por su parte obtuvo dichas transferencias el 1-9-2010, siendo lehendakari Patxi López y publicitándolo como una negociación fructífera de EAJ-PNV con Zapatero, cuando en realidad habían aceptado lo ofertado, que no había sido considerado suficiente en 1999.
Actualmente hay problemas muy graves en el panorama político del Concierto y del Convenio. Hay cuestiones graves tanto ante el Estado como ante Europa, cuyo abordaje y solución requiere la conjunción de sinergias entre la CAV y Navarra. Convenio y Concierto debieran negociarse simultánea y coordinadamente y así se debiera instar también el acceso al Ecofin en virtud de los derechos originarios, propios y constitucionalizados, que en materia fiscal y financiera corresponden a Navarra y a la CAV.
La intervención de los poderes europeos, -Comisarios y Tribunales- ha adquirido ya carta de naturaleza con temas como el de las infumables normas de vacaciones fiscales. Uno de los temas más graves y difíciles es el de la cuantificación del impacto del comercio exterior en el balance del IVA con los malos precedentes al respecto. Por otro lado, el tema de la presencia en Europa como instituciones políticas titulares de poder fiscal originario solamente se podrá conseguir actuando conjuntamente, pues la CAV tiene mucho mayor peso económico, demográfico y hasta socio-cultural, pero Navarra tiene los títulos.
Los independentistas hemos de ver en el Concierto y el Convenio una prueba de soberanía preconstitucional, una base de reivindicación del derecho a decidir y un punto de convergencia o denominador común con la parte de la sociedad de otra adscripción identitaria. Los no independentistas a su vez, pueden considerar que la defensa y promoción del Concierto y Convenio constituye un común denominador para el progreso en todos los sentidos.
La actual reactivación política y mediática de los pronunciamientos contra el Concierto y el Convenio no es nueva, ni casual; tampoco el argumentario utilizado tiene nada de original, pues repiten los mismos conceptos utilizados desde el siglo XIX, a saber, privilegio e insolidaridad. UPN quiere darse por satisfecha con la contestación de Rajoy, pero obviamente eso son trampas en el solitario. Ante esta situación y ante la próxima renovación del Convenio y Concierto, lo responsable y riguroso sería negociar simultánea y coordinadamente, es decir juntos y a la vez. No son responsables ni la actitud cerrilmente «anti» de UPN, ni la débil pretensión -aunque se la disfrace de hábil- de EAJ-PNV de adelantarse a negociar «el cupo» directamente con Rajoy. Vascongadismo y Navarrismo son dos derivas gemelas, que en estos tiempos de crisis y dificultad se evidencian como cada vez más perjudiciales para la sociedad.