Arrangoitze no se sustraerá a la obligación de casar a personas del mismo sexo
Arantxa MANTEROLA | BAIONA
El tira y afloja entre los servicios jurídicos y administrativos del Estado y el alcalde de Arrangoitze, Jean-Michel Colo, y sus seis tenientes de alcalde, que se negaban categóricamente a celebrar matrimonios entre personas del mismo sexo, toca a su fin tras un mes de polémica.
El jueves pasado, los representantes del Consistorio labortano decidieron en una reunión extraordinaria plegarse a la ley de la República, por las importantes y negativas consecuencias que dicha actitud estaba a punto de acarrear. Entre ellas, el pago de una multa de 1.000 euros diarios impuesta por el tribunal que fue interpelado el 26 de junio por Jean-Michel Martin et Guy Martineau-Espel, los dos vecinos cuya solicitud de matrimonio rechazó Colo, para apremiar al primer edil a cumplir la legalidad. Además de ese procedimiento civil de urgencia, los dos vecinos también han interpuesto una denuncia penal por discriminación y homofobia.
Ante ese panorama y las advertencias del subprefecto de que las consecuencias podían concretarse en una suspensión del cargo y la inhabilitación, Colo y los electos optaron por recular.
No obstante, el primer edil, que ha manifestado «que seguirá el combate», se negó a designar de oficio a uno de los tenientes de alcalde, los únicos habilitados a celebrar matrimonios, pero uno de ellos, cuya identidad no ha trascendido, se habría ofrecido voluntariamente para presidir la ceremonia.
Al principio de la polémica, también dos concejalas mostraron su disposición a hacerlo, pero Colo no quiso delegar en ellas dicha función.
Ahora, la pareja mencionada, que lleva más de diez años viviendo en Arrangoitze, espera a que pase la fase de amonestaciones para que, de una vez por todas, se fije la fecha de su boda.