Al inicio de la nueva ronda de conversaciones con el Gobierno colombiano, el jefe del equipo negociador de las FARC-EP, Iván Márquez, defendió ante las críticas recibidas en las últimas semanas que «cada una de las propuestas formuladas se ciñe al espíritu y la letra de lo pactado para dar inicio a los diálogos de La Habana». Asimismo, volvió a reclamar el aplazamiento «por uno o dos años» de las elecciones presidenciales. «La paz debe ser una política de Estado para que situaciones difíciles como las elecciones no pongan en peligro el anhelo de los colombianos. A la paz se debe convocar a amigos y enemigos. Y las FARC están dispuestas a recibir a todos ellos, aquí en La Habana. El aplazamiento significaría que el gobierno que inició el proceso, lo culmine», remarcó.

Por parte del Gobierno colombiano, Humberto de la Calle pidió «concentrarse» en el segundo punto de la Agenda, el relativo a la participación política, y advirtió de que lo que se acuerde en la capital cubana «solo se podrá aplicar si las FARC dejan las armas y actúan lealmente dentro de las reglas de la democracia».

Remarcó también que «el Estado deberá ofrecer garantías para su seguridad una vez ingresen a la vida civil y para que hagan oposición dentro de la legalidad».

Por otra parte, las FARC y el ELN informaron ayer a través de un comunicado conjunto fechado en junio que ambas organizaciones guerrilleras han mantenido «una reunión cumbre con el propósito de fortalecer el proceso unitario del movimiento guerrillero y revolucionario de este país». «Además de tratar y superar definitivamente diversos incidentes que condujeron a contradicciones y choques entre las dos fuerzas, abordamos diferentes asuntos estratégicos como la importancia de trabajar por la unidad de todas las fuerzas políticas y sociales empeñadas en la realización de cambios profundos el país», indicaron.