En una reciente feria en la que la gente de «Ekintza Zuzena» había plantado su puesto pude observar cómo un padre le decía a su hijo adolescente ante la curiosidad de éste: «Esta revista imita la estética de los fanzines de mi época». No es, claro, que imitara a los fanzines de los 80, es que «Ekintza Zuzena» nació en 1988 y mantiene su espíritu de fanzine: entrometido, resistente, libre. Con la regular irregularidad de la autogestión y de los medios escasos, esta revista libertaria alcanza su número 40 y con él sus 25 años de doble empeño: transformar el mundo, cambiar la vida; que éstos hayan sido años de zozobra y desorientación hace más meritoria su resistencia. «Esa tensión en la que nos movemos nos da vida y a la vez consume nuestras fuerzas, sabiendo que somos lo que hacemos», afirman en el editorial de este número formidable de 122 densas páginas llenas de experiencias transformadoras. Abundan los artículos relacionados de una u otra manera con la lucha por la defensa de la tierra y por una producción ligada a ella: «Solamente seres sin raíces pueden aceptar sin pestañear todas las heridas infligidas a la tierra sobre la que viven». No dejen de leer tampoco un par de artículos relacionados con una lucha que la revista se ha empeñado en no olvidar: la antipsiquiatría. El primero es el original y valiente «Cuidemos nuestras cabezas. Reflexiones sobre militancia y equilibrio emocional». El otro, una entrevista con el psiquiatra Guillermo Rendueles, en la que habla del difícil mantenimiento de la salud mental en el seno de la ideología capitalista, y dice cosas como: «No conozco a nadie que haya ido al psicólogo y le haya preescrito la lucha solidaria contra sus males, sino cuidar de sí en el marco más intimista». Una estupenda oportunidad para reengancharse -o engancharse- a una revista tan rara como estimulante.