El partido islamista en el poder en Túnez Ennahda ha aceptado la suspensión de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) y abrir un diálogo con la oposición, después de una manifestación masiva y de dos semanas de la crisis política desencadenada por la muerte de un líder opositor.

El líder del movimiento Ennahda, Rached Ghannouchi, anunció que se sometía a la decisión del presidente de la ANC, Mustafa Ben Jaafar, aliado laico de los islamistas, de congelar los trabajos de la Cámara hasta que se abran negociaciones con la oposición. «A pesar de nuestras reservas sobre esta iniciativa, esperamos que sirva de catalizador para que los adversarios políticos se sienten en la mesa de diálogo», dijo Ghannouchi.

El partido islamista señaló que desea una «solución consensuada en este periodo sensible» y se mostró favorable a «la formación de un gobierno de unión nacional que comprenda a todas las fuerzas políticas convencidas de la necesidad de llevar a cabo el proceso democrático». Ennahda planteó además un calendario para retomar los trabajos de la ANC con el fin de que la ley electoral y la Constitución sean adoptadas antes del fin de setiembre, y de que se organicen elecciones antes de fin de año.

Manifestación masiva

El anuncio del partido gobernante se produjo al día siguiente de que decenas de miles de personas se movilizaran para reclamar la dimisión del Gobierno, al que la oposición acusa de la muerte de Chokri Belaid el 6 de febrero y del diputado Mohamed Brahmi el 25 de julio.

La manifestación estaba convocada por una heterogénea coalición sin programa político claro, desde la extrema izquierda a la la derecha, unida por su rechazo al Gobierno, y a que Ennahda dirija uno de unidad nacional. Proponen un Ejecutivo tecnócrata, pero mantienen importantes discrepancias.