Raimundo Fitero
Mayorías
Tras el baño de esteladas y la respuesta inconmensurable de la ciudadanía catalana, viene los consabidos segundos actos, que son los que tras el recuento, traen las apreciaciones y matizaciones. Un periódico de raigambre ultra acusa a TVE de haber sido una colaboradora y propagandista de la cadena humana que abrazó el Principat sacando una mano a Catalunya Nord y al País Valenciá. Y es que el siempre denostado Canal 24H, quizás en una falta de autoridad, o en un presentimiento de que no serían testigos de un clamoroso éxito, estuvo transmitiendo en directo, a las 17 horas, 14 minutos del 11 de setiembre de 2013, las campanadas de inicio y ofreció imágenes y declaraciones suficientes como para que le llegue esa censura explícita por el simple hecho de actuar como una televisión estatal pública, es decir pagada entre todos.
Intereconomía, también quiso estar presente con el alquiler de una avioneta que mostraba una pancarta en contra de la marea humana, pero de contenido bastante comedido. Las otras cadenas televisivas cumplieron, algunas con mayor dedicación y efectivos debido al horario, pero en todos los casos no intentó nadie tapar lo obvio: el éxito de la convocatoria. De tal manera que un miembro del peor gobierno del mundo dice que hay que escuchar a la calle, y otra dice que hay que escuchar a todos, también a las mayorías silenciosas. Es decir, para esto a la Soraya de la Laca, le viene bien las mayorías silenciosas. Para otras cosas más graves con las mayorías aritméticas parlamentarias le es suficiente. Aunque la frase «la Catalunya real es la que se quedó en casa», en boca con bótox de la presidenta de la banda allí, es uno de los artificios de manual que emplea la cúpula para mentirse a sí misma. Porque no pueden mentir ni mirar para otro lado con la actuación de un grupo de violentos fascistas de la extrema derecha española contra una delegación catalana en Madrid. Hay quienes los están alimentando y jaleando para que hagan cosas de esta índole como en el tardo-franquismo. De repente ellos, Rajoy y sus mariachis mediáticos, amanecen centrados.