Ayer la prensa española de extremo centro no podía disimular su rebote ante el clamor independentista catalán. A esta lupa le resulta imposible recoger la cantidad de melonadas que leyó ayer, de modo que solo ofrece una pequeña muestra.

«La Razón», evocando una mezcla entre el Alcázar de Toledo y una famosa canción de Joan Baez, abría su edición con un gran titular que rezaba «No nos dividirán». Criticaba que TV3 «se vuelca en la retransmisión», no como, al parecer, TVE, que jamás emite actos patrióticos hasta el empalago. Y al final le podía su tendencia a hacer el ridículo de manera solo igualable por el Ministerio de Interior español, intentando restar importancia cuantitativa a la demostración catalana. Resaltaba «El baile de cifras: Interior enfría la euforia soberanista y rebaja de 1,6 millones a 400.000 el número de asistentes». Les parecerán pocos. En cualquier caso, esa cifra sería real si en todos y cada uno de los 400 kilómetros del recorrido hubiera habido 1.000 personas, pero resulta que en muchos de ellos eran varios miles.

«Abc» no discutía el éxito de la convocatoria catalana; al contrario, se mostraba alarmado por el «Alarde independentista en Cataluña ante la inhibición del Gobierno de España». Y en su editorial pedía «al Gobierno un cambio de rumbo y que tome las medidas necesarias para defender la unidad de España, tal y como demandan la mayoría de los españoles» -que también demandan empleo, ¿no?-. ¿Y si la población china decidiese por abrumadora mayoría que los españoles y españolas son chinos y chinas? Pues nada, lo que digan «todos los chinos y chinas».

A «Libertaddigital» la apuesta catalana le parece mal, pero miraba por el bien de Cataluña: «Frente a la tergiversación de las balanzas fiscales, los datos apuntan a un empobrecimiento de la región si el nacionalismo alcanza sus objetivos». Y en su editorial reconocía explícitamente «el éxito organizativo de los nacionalistas a la hora de llevar a cabo la cacareada `cadena humana por la independencia', con la que cientos de miles de catalanes han exigido la convocatoria de una consulta secesionista en 2014». Pero seguidamente decía que ello «no otorga en modo alguno valor moral, político o intelectual a sus pretensiones de ruptura. De hecho, ni siquiera refiere si son o no mayoría en el Principado». Seguro que si Federico y compañía convocasen un acto rojigualdo en Catalunya quedaría claro que son mayoría en el Principado.